EL VIENTO SURCABA SU PELO...
El viento...
El viento removía
su pelo.
El viento...
El viento surcaba
su rostro.
De su sonrisa emanaba calor
al traer el viento el aroma
de un lejano bosque.
Sintió que había flores
al rato de abrir sus almas
en el palpitar de su corazón.
El viento...
El viento miraba
sus ojos.
El viento...
El viento cantaba
por ellos.
Su rostro se iluminaba
cuando el viento iba abrazando
cada rincón del paisaje
qué observaba ensimismada.
Su cuerpo se reforzaba
cuando el viento iba dejando
cada gota del paraje
que analizaba en sus formas.
El viento...
El viento presentía
su pasión.
El viento...
El viento le escribía
en su amor.
Desde su sonrisa se dibujó
el aura de la mañana
y el Sol de la noche.
Fue sonrojándose
como si el placer sintiera
en los ratos que le eran íntimos.
Su cuerpo parecía bailar
cuando el compás fue arrancado
a la música de las flores
que brotaban en la lluvia.
El viento...
El viento sanaba
su tiempo.
El viento...
El viento cantaba
su cuerpo.
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