EL CALOR DE LOS DIAMANTES

Si sus lágrimas fueran de sangre

de estas diamantes brotarían.


Los paisajes inundarían 

con una belleza escalofriante.


Estas provendrían de su corazón,

del calor que emana

desde cada uno de los poros de su piel

a través del sentir de su esfuerzo.


Pero la fuente del codicioso

su mano alargaría

con una clara intención de apoderarse

de lo que por sí mismo no logró. 


Transformaría la belleza en algo turbio

carente de toda la humanidad

habida en ellas momentos antes.


Y lo que un ardiente baile fuese

sería un lago con aguas estancas

donde la vida sólo habría de ser mito. 



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