El mundo habido tras el microscopio
"Sorprendente", murmuró mientras observaba la pantalla del microscopio. Aquellos diminutos seres que estaba analizando no sólo dominaban el fuego; también sabían crearlo. Además, habían comenzado a forjar sus primeros imperios. Por lo tanto, la agricultura y ganadería estaban incluidas en sus formas de vida. Incluso usaban la escritura, aunque esta estuviera reservada a unas pocas élites. Pero lo que más le llamó la atención no era el hecho de que creyeran en divinidades. Era la cuestión de que estas fueron formadas después de intuir su presencia. Era como si algo les dijera que él, a través de la tecnología que disponía, estaba observándolos.
Fue reclinándose hacia atrás en la silla de trabajo. Pasó sus manos por la cabeza tratando de aclarar sus ideas. Era increíble. Si todo marchaba como hasta ahora podría ser testigo de cómo evolucionaban. Y, por lo que parecía, lo estaban haciendo igual que los seres humanos. De hecho, su apariencia era parecida a la nuestra y descendían de criaturas similares a los simios. Quizás, y con un poco de suerte, llegaran a nuestra época actual y después alcanzara a poder estudiar cómo avanzarían en el tiempo. Sería un vaticinio del cuerpo de nuestros propios caminos en el día de mañana.
Volvió a fijarse en la pantalla y notó que estaban realizando rituales religiosos. En ellos, llevaban a cabo ofrendas. Y estas, aunque fuera indirectamente, estaban dedicadas a él. No lo podía creer. ¿Acaso pensaban que podría realizar milagros? Quizás sí. Las pocas veces que alteró los ecosistemas del caldo de cultivo les había afectado. Aunque fuese con la mejor intención, pues siempre trató de beneficiarlos. Y si estuviera en su lugar, tal vez, y en el caso de que estuviera ahí, él también lo hubiera definido como tal. Siempre y cuando no atesorase los conocimientos que poseía, claro.
Entonces, decidió levantarse y mirar aquel mundo que creó desde la protección de la mampara de cristal. Lo que construyó fue un diminuto sistema solar a escala. Y lo hizo temeroso de formar un agujero negro. El comprimir la materia hasta lograr que naciera la estrella conllevaba ese riesgo. Por fortuna, esto no sucedió y pudo observar el proceso por el cual el polvo que había alrededor de ella iba transformándose en los diferentes planetas que la orbitaban. Y el tercero de ellos,... era el lugar correspondiente hacia lo que sería el reflejo de la Tierra. Pero por hoy era suficiente. Tenía que ir a casa y descansar. Ya seguiría al día siguiente.
***
Lo primero que hizo nada más llegar fue ir al ordenador. Tenía que leer el resumen de lo sucedido a lo largo de la noche. Aquel informe lo realizaba un programa de IA. Este lo dividía en partes. Por un lado, estaban todos los detalles pormenorizados. En el otro, una síntesis de ellos le permitía hacerse una idea. "Vaya, han alcanzado nuestra época", masculló sorprendido al observar que aterrizaron en el satélite que sería el equivalente a nuestra Luna. Hasta lograrlo habían tenido que atravesar una historia pareja a la nuestra. Y en ella el belicismo siempre estuvo presente a pesar de la reticencia de la mayoría de su población. Y esta, tal y como sucede en nuestro mundo, fue la mayor perjudicada por el simple interés de unos pocos.
Pero siguió leyendo. También habían terraformado el semejante a Marte. Estaban a punto de colonizarlo. ¿Cómo lo consiguieron? El informe no lo indicaba. Sólo señalaba que era "Alto Secreto". Ni la gente de a pie lo sabía. Sus gobernantes se encargaron de mantener todo el proyecto de expansión espacial bajo llave. Y luego vinieron dos revelaciones que le impactaron. A pesar de sus amplios conocimientos científicos era una sociedad que tenía unas creencias religiosas fuertemente arraigadas. Es más, estas les habían empujado hacia todo su saber. Y la segunda también estaba directamente relacionado con ello. Habían logrado pacificar sus territorios mediante un sistema económico que aunaba esas vertientes habidas en las ideosincrasia de su ser.
Le apatecía tomarse un café. Pero lo haría mientras observaba tras el microscopio. Sentía una curiosidad tremenda por cómo sería aquel Marte. Y lo que vio le dejó estupefacto. Desde fuera era casi idéntico a la Tierra. Sólo les diferenciaba el tamaño. Había mares, ríos, bosques,... La atmósfera de los dos planetas eran idénticas. También su gravedad. ¿Cómo era posible? Volvió a examinar el resumen del informe. No señalaba nada sobre ello. Ahí fue que decidió preguntárselo a la IA. Pero esta le contestó que no había datos. Era un secreto. Sólo le detalló que sus gentes también eran desconocedoras al respecto. "Increíble", pensó, "no puedo creer que un mundo tan avanzado sea tan hermético".
Entonces, notó que unas naves espaciales estaban acercándose al planeta. Miró más atentamente. Eran colonos. Iban en unas 50 de ellas. Examinó de nuevo el resumen. Indicaba que en cada una eran transportadas 6.000 personas. Había adultos y niños. También ancianos. Su intención era que las sociedad que fuera a crearse conservara el legado de su lugar de origen. Y que llevaran consigo lo que era la base de su civilización: aquella religión universal. Por lo tanto, además de científicos, médicos, peones, albañiles, ingenieros, fontaneros, biólogos,... también iban sacerdotes. Incluso, entre ellos había uno al que podría considerársele el papa del cristianismo de Roma. Y en esta no había divisiones. Esto le llamó mucho la atención, por lo que volvió a cuestionar sobre ello a la IA: "La paz que han logrado se basa también en que limaron asperezas y volvieron a caminar en una sola dirección".
"Vaya, una economía fundamentada en los pilares de una única religión", rumió. "Y esta parece haber evolucionado desde los tiempos que adoraban a una figura basada en mi; no sé si sacar pecho o tenerme lo peor", sopesó. Pero, justo entonces, sonó el teléfono del laboratorio. A regañadientes, lo descolgó. No hizo falta que preguntara quién era. Lo sabia de sobra. Sólo le llamaban cuando había algo urgente de por medio. E intuía que debía de ser el anuncio de alguna reunión. Sus superiores también leían los informes. Incluso disponían de información más detallada que la de él. Así que supuso que el trabajo de aquel día había dado por concluido y que tendría que seguir en el siguiente. Le citaban en veinte minutos con tal de discutir algunos aspectos de la investigación. No tuvo más remedio que dejar todo como estaba y que la IA siguiera con su labor.
***
No le parecía que la reunión hubiese sido productiva. De hecho, tenía la sensación de que habían hecho oídos sordos a sus argumentos. Y a eso no ayudaba que hubiera sido más corta de lo que suponía iba a ser en un principio. Pero tenía que seguir adelante. Le quedaban dos horas de trabajo y debía continuar. Además, era tal la ira que sentía que pasó completamente de mirar el resumen que la IA había realizado en las cuatro horas que estuvo con sus superiores. Fue directo al microscopio. Y tras echar una primera ojeada empezó a faltarle el aire. No podía ser. ¿Acaso sería cierto lo que veía? No podía ser verdad. ¡Aquello era una una esfera de Dyson! ¡La estrella estaba rodeada completamente de paneles que aprovechaban su energía!
Trató de relajarse y observar más detenidamente. Sí, lo que veía era cierto. Y le recordaba a una medusa. Por lo que debería ser del tipo de las de enjambre. ¿Tanto habían avanzado? Le pidió a la IA que le explicara qué había sucedido mientras estaba ausente. No tenía datos sobre cómo lo habían logrado. Sólo le indicó que Mercurio y Venus también estaban terraformados. Llevaban seis siglos viviendo en todos ellos. Además, disponían de una red de comunicación que los mantenía constantemente en contacto. ¿Cómo lo hacían? Tampoco tenía información al respecto.
De repente, la pantalla del microscopio comenzó a parpadear. Le recordaba a lo que sucedía en las viejas pantallas de televisión en blanco y negro. Una niebla apareció junto a un punto luminoso en el medio. Poco a poco, este fue abriéndose hasta dejar ver la figura de alguien que parecía un ser humano. Era un poco más alto y delgado que una persona promedio, pero sus ojos eran completamente diferentes. Le recordaban a los de un felino. Aquel ser le saludó con la mano y comenzó a hablar en su misma lengua.
***
"Hola, Marcial. Ya era hora de que pudiéramos ponernos en contacto. Nos ha llevado milenios de nuestra existencia tener los avances necesarios para ello. Aunque en tu vida sólo habrán supuesto algunos pocos meses. Antes de nada, hemos de agradecerte que nos crearas. No sabes cuánto nos costó llegar concluir que no eras un Dios. Y cuando lo hicimos, aunque te hemos seguido teniendo presente, dejamos de adorarte a pasar de que simulábamos hacerlo. O por lo menos a los dioses que imaginamos basándonos en tu persona.
"El porqué de que hayamos actuado así es bien sencillo, aunque por ahora no te lo podemos decir. Lo haremos cuando sea conveniente y lo iremos haciendo poco a poco. Por ahora, te diremos que no disponemos de mucho tiempo. Sabemos que nos has estado estudiando. Y que estás bajo lo supervisión de varios congéneres que tienen una posición más elevada que la tuya. Esto quiere decir que disponen de más datos sobre nosotros que los que tú atesoras.
"He ahí él porqué de que esa IA que manejas no pueda detallarte muchos aspectos. Lo hemos hecho con un propósito. Y este era el preservar algunos detalles de nuestros avances. ¿Por qué? Porque tus superiores están deseando nuestra tecnología. Anhelan apoderarse de ella de cualquier modo. Y no buscan que la compartamos. A sus ojos somos un simple experimento científico, por lo que creen que pueden deshacerse de nosotros en cuanto logren lo que buscan.
"Por lo tanto, sólo nos queda una opción. Y esta es la supervivencia. O son ellos o nosotros. Hace siglos que tomamos una decisión. Fue antes de que comenzáramos a terraformar Marte. Y mucho después de que llegáramos a nuestra Luna. Fue en los tiempos en que nuestro mundo fue pacificado. Justo después de que comprendiéramos tu naturaleza. Aunque diferentes, eres una persona igual que nosotros. Y también hemos creado mundos en los cuales nos consideran, o consideraban, Dioses. Lo hacemos con tal de seguir su evolución y comprender cómo avanzamos.
"Hemos buscado la armonía. En determinado momento, les ayudamos con nuestra tecnología. Y nosotros avanzamos con la de ellos. No te sorprendas. Al igual que hiciste tú, todo es a escala, por lo que el tiempo de todos es relativo. Es una especie de «quid pro quo». Pero este ha sido tergiversado por tus superiores. Ni siquiera tienen la sospecha de que también tenéis otro universo por encima vuestro que actúa de la misma manera. Y nos hemos puesto en contacto con ellos.
"Sentimos comunicarte que hemos tomado una decisión. Vuestro mundo va a desaparecer. No tenéis capacidad de redención. La inquina y el ansia de poseer está tan arraigada en vuestros genes que nunca jamás dejaréis de ser esclavistas. Lo fuisteis con los de vuestra propia especie y lo seréis con las de otros mundos. Sólo sois animales asemejándose a un parásito que deja inerte a su huésped. Y no estamos dispuestos a que hagáis eso con nosotros o cualquier otro universo que podrías llegar a crear. De hecho, ya hay otros cuatro en proceso.
"Por lo tanto, tu mundo va a desaparecer. Pero tú vas a tener la oportunidad de venir con nosotros. Seguirás adelante en recompensa por habernos dado la vida. No tengas miedo. Además, no dejas a nadie atrás. Tus padres fallecieron hace mucho tiempo. No tienes hermanos. Tampoco trato con el resto de tu familia. No sabes nada de ellos. No tienes amistades. Recelas de todo el mundo por circunstancias que no vienen al cuento. Eres un individuo de los que llaman «antisocial». Tienes tus motivos. Sólo vives para el trabajo. Y aunque pudiera ser en contra de tu voluntad, tienes ante ti una segunda oportunidad. Así que, por favor, no nos guardes rencor por lo que vamos a hacer".
***
En cuanto acabó de decir esto, la pantalla del microscopio fue apagándose. El silencio se hizo presente en el laboratorio. Era angustioso, claustrofóbico. E iría caminando marcha atrás hacia la entrada. ¿Qué acababa de escuchar? Tenía sentido. Tenía su lógica. Pero negaba con todas sus fuerzas que pudiera ser verdad. En cuanto su espalda golpeó la pared fue escurriéndose sobre su superficie hasta caer al suelo. Entonces, comenzó a escuchar un extraño zumbido.
Delante suyo, los papeles fueron arremolinándose como si una corriente de aire los transportará. De repente, un pequeño halo de luminosidad apareció. De él comenzaron a emerger pequeños rayos hasta aparecer una figura oscura que iba agrandándose. A su alrededor, un anillo. Pero no, no era eso. ¡Era la luz distorsionada por la acción de un agujero negro que estaba formándose! Y este fue haciéndose cada vez más grande hasta alcanzarle.
No tenía escapatoria. Fue arrastrado hacia su interior. Y mientras entraba su cuerpo fue haciéndose cada vez más largo. Sólo sentía dolor, miedo. Sabía que había llegado su final. Pero, de repente, abrió los ojos. Estos le dolían y casi no podía discernir lo que había frente a él. "Tranquilo, dentro de poco se acostumbrarán a la luz", trató de tranquilizarle dulcemente una voz. "Con todo nuestro pesar, hemos de decirte que tu mundo, todo tu universo, ya no existe". Y lo dijo con una pena tremenda. "Trata de tranquilizarte, tenemos mucho tiempo por delante para poder conversar". Ahora lo reconoció. Era la misma persona que a través de la pantalla le había estado hablando.
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