EL NÚCLEO DE SUS CONTIENDAS

En sus ansias por competir,

en su querer por saber quién era mejor,

decidieron ver quién la tenía más grande.


Pero no acordaron

qué era lo que debían

medir si pretendían satisfacer

lo que habían de ser sus pretensiones.


Midieron su pelo,

también su estatura.

Hasta la misma talla de sus pies

y el tamaño de sus emociones.


Sucedió que al alcanzar sus partes nobles

comenzaron a sentirse pudorosos

delante de lo que debían cumplir.


Sería que se darían media vuelta

y continuaron con otros campos.


Y eso que supieron que pasaron

de largo el núcleo de su contienda. 



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