Desde los "Demonios de la noche" a nuestra posición en la naturaleza

11/II/2018



Los «Demonios de la Noche», aquellos leones que la mayoría de la sociedad conoció a través del largometraje protagonizado por Val Kilmer y Michael Douglas, eran cazadores de hombres. Y en la India, con tal de protegerse de los tigres, comentan que la gente lleva caretas en la parte posterior de sus cabezas. Sedientos de sangre, estos felinos atacan por la espalda.

Sus presas (el ser humano) son vigiladas sigilosamente, desde la barrera, observando cada movimiento de lo que hasta podríamos considerar, desde nuestro punto de vista, un trofeo. Parados, inmóviles, atentos a cada menor movimiento esperando el momento oportuno para atacar. Son animales, actúan según su instinto de supervivencia.

Tienen sus rutas marcadas: su territorio en el que encontrar su captura. El ser humano prácticamente no percibe su presencia hasta que los tiene encima. Por normal general, son animales ya maduros, viejos, que necesitan una presa fácil para poder subsistir. Por lo tanto, es por ello que nos escogen de alimento. Y este es una factor que, al igual que los lobos, normalmente evitarían: el contacto con el "Homo Sapiens".

Pero nuestra especie es distinta. A lo largo de su historia ha vivido en comunidades. Según cuentan, al principio, cuando agotaba las reservas naturales de la zona en la que habitaba se trasladaba a otra hasta que ocurría lo mismo. Así sería sucesivamente. Despues, descubriría cómo explotarlas más cómodamente. Empezaría entonces el florecer de las pequeñas ciudades y civilizaciones.

A lo largo de su trayecto, la especie humana ha afrontado hambre, guerras, enfermedades,... Y muchas de estas últimas fueron "originadas" tras la creación de los primeros pueblos. Y es que al convivir juntos, animales para la ganadería y los humanos, muchos de los males pasaron de estos al hombre; y viceversa.

También comentan que las guerras entre clanes se dieron desde los primeros tiempos. Por el agua, piezas de caza, territorios para la agricultura,... Incluso por obtener la mejor pareja, por envidia,... Luego empezarían las guerras religiosas, las de los primeros imperios. En el fondo, fueron por las mejores rutas mercantiles y lo que ello supondría. Una forma de extender territorio y colonizar. Podría llegar a decirse que lo que hoy es conocido por "Globalización" no es algo nuevo: ya lo hicieron las culturas e imperios primitivos.

Dentro de la naturaleza siempre ha dominado el espécimen más fuerte. Aunque lo más correcto sería afirmar que lo es aquel que mejor se adapte al entorno. En el caso del ser humano tampoco ha sido distinto, aunque hayamos sido nosotros quienes adaptáramos lo que hay a nuestro alrededor. Imperios dominando a otros, comunidades dominando a otras, pueblos dominando a otras. Incluso esgrimen que una persona demuestra su superioridad frente a otra haciéndola sufrir.

En todos estos siglos, dentro de las distintas sociedades, ha habido individuos, colectivos,... grupos que han combatido esta forma de relación entre sus iguales. Muchos, cuando conseguían su objetivo, se convertían en aquello que habían enfrentado. Por utilizar términos modernos, la persona que demostraría su superioridad de esa forma tendría una carácter megalómano, dictatorial y/o psicopático. Al final, acababan transformándose en eso mismo.

En los tiempos actuales el mundo está regido por un sistema de consumo en el que impera el sobre consumo; una parte del mundo explota a la mayor parte de este y el ser humano malvive, sufre hambre. No tiene educación o no puede protegerse de una enfermedad venerea; por poner varios ejemplos. Tampoco hace falta ir muy lejos. En cualquier esquina del primer mundo pueden verse casos ante nuestra indiferencia; o sufrimiento.

«Demonios de la noche», tigres cazadores de hombres, lobos, ser humano. Todas son criaturas creadas por la naturaleza. Ejemplos de la evolución y sólo uno de ellos está fuera aunque dependa de ella. Muchos son catalogados dentro del  atributo que los señala con el registro de "en peligro de extinción". Pero si, ahora mismo, un meteorito gigante impactara sobre la superficie terrestre... podría ser que el ser vivo con más posibilidades para sobrevivir fueran las cucarachas. ¿Quién sobraría, pues, sobre la faz de la Tierra?






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