LA LUZ EN LOS LUGARES ESCONDIDOS

Las aguas volvieron al río. Y con ellas, también volvió la Fé sin tener figura de un Dios o de cualquier otra Divinidad. Con ello la vida volvió. Y los prados tornáronse verdes sin nada de lo sagrado en el explendor de lo natural. Las aves volvieron a volar y a nadar los peces en medio de su danzante ritmo. Y los bosques sirvieron de abrigo a los caminantes que en ellos se aventuraban. Sólo con que las aguas volvieran al río la luz volvió a propagarse. Y esta iba dispersándose en cualquier lugar que estuviera escondido.