LO QUE HABÍA TRAS AQUELLA MIRADA CANSADA

Sin pretenderlo, sin esperarlo, 

dio un giro inesperado en su vida.

Y no cambió su forma de pensar,

más bien fue cómo planteaba todo.

Analizaba de otra manera.

Se planteaba distintas cuestiones

y contemplaba con otros ojos.

Pero continuaba pensando igual.

Tenía las mismas preocupaciones,

pero las enfrentaba distinto.

Aquello sucedió poco a poco.

Apenas llegaría a darse cuenta

y, cuando lo hizo, fue una sorpresa.

Pero no dio la señal de alarma.

"Bueno, será que me voy haciendo viejo",

llegaría a pensar al percatarse. 

"Será cosa de la evolución de la edad".

Sería que haría un ejercicio de introspección.

Más que nada con tal de ver

cuáles eran los matices

que adquirieron nueva forma;

si eran algo que prolongaba u otro nuevo.

Pronto llegaría a alcanzar una conclusión.

Pero prosiguió en el tejer,

pues pretendía cerciorarse

y no arrastrarse por prisas.

Así que decidió comenzar de nuevo.

"Vaya, todo esto supone un gran esfuerzo;

quizás antes lo dejase

y con la primera tesis me quedara".

Pero no estaba de acuerdo

con aquello que llaman "madurez".

Menos con saberlo todo

a pesar de que los años avanzasen.

Y es que sobre eso, del creer saberlo todo

ya había visto demasiada gente... 

incluso entre ellos estaría también

en días que hubo dejado atrás

pasando a ser un eterno aprendiz.

Así que proseguiría con su introspección.

Quizás deseando encontrar la fuente

que le hizo contemplar diferente.

Quizás fuera cualquier señal

brillante que no alcanzara a advertir.

Fue sin pretenderlo, fue sin esperarlo.

Y de nuevo fue conociéndose.

Era diferente, pero la misma persona

reflejada en las mañanas al espejo

mientras el mismo calor irradiaba de su alma. 

Fue sin pretenderlo, fue sin esperarlo.

Y de nuevo fue descubriéndose. 

Quizás cambiara aquel envoltorio que le cubría,

pero seguía teniendo el mismo corazón

y también conservaba su cansada mirada.