LAS COSTAS QUE PRESIDEN LOS TIEMPOS
En el venir de los caminos extraños...
hay cabida a las sorpresas;
ya sea conociendo los nuevos parajes
o con las sensaciones que se repiten.
Aunque, quizás, sólo tal vez, cada cruce
sea la ventana que abrimos
en un nuevo amanecer que se presenta.
Quizás lo hace despertando la esperanza
resguardada en los silencios
que van pregonando el llegar de la tarde.
Y estos las cantan sin ninguna pretensión...
aunque con una sonrisa.
Unas sonrisas que sus rostros les cubre
llegando más allá de lejanos mares.
Y estos, los mares que resultan ser calmos,
congratúlanse con el fluir de su oleaje
al ir moldeando las rocas
que encuentran en las orillas
de cada costa tildada de "salvaje".
Y estas, las costas que presiden los tiempos,
suelen contemplar el caminar de gentes
al igual que ya lo hicieran
con seres de eras pasadas
que podrían seguir andando por su sangre.
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