SIN NADA DE HEROICO
Mi bandera no tiene colores.
Aunque de vez en cuando la pinte
con aquello que creo
podría ser más justo
en la búsqueda del cantar.
Mi bandera dispone de raíces.
Esta tiene el calor de la sangre
al forjar un árbol
que mana cobijo
sin que tempestades rujan.
Por esta sangre fue derramada.
En ello no hubo nada de heroico,
más bien una necesidad ante la barbarie.
Y esta sería contagiada
entre los que la defendían
como si los males fueran peste
al no concebir sobre los bandos.
Sería la suerte maniquea
la que reluciera en los días
que llegarían a presidir después
al ir imponiendo los silencios.
Llegaron estos mismos a los tiempos que corren...
pues fueron metiéndose estos gestos
en el interior de las entrañas.
Algunos lo llaman psicología social,
otros el perdurar de sus "logros".
O los frutos de lo bien atado,
igual que una tradición que suele manar.

Comentarios
Publicar un comentario