PERIPLOS
Cicatrices...
¿Quién no las guarda
en este periplo
permanente
donde las fechas
son lo cotidiano?
Nos sirven de estructura
en el edificio
que edificaremos
en esta constante lucha
que se da en la belleza
parecida a un árbol
que ofrece cobijo
cuando ruge tormenta.
Incluso
llegan a oxidar las
cadenas
que puedan surgir
soltando
los amarres
que nos atan
a lo contaminado
del cielo
cuando suele ocultar
mañanas
al no permitir
cándidos
ratos breves
que acompañan
la fértil liberación.
Y es que fragua entonces
un concepto
que puede estremecer
la reflexión
por su raro porte
al ser tan extraño.
Desaprender...
Rara palabra
con un resultado
diferente
al que se le da
debido a sus frutos.
Y es que desde cero
volver a empezar
no quiere decir
dejar todo atrás,
más bien el periplo
de la novedad
con el que partir
a la aventura
sin dar por hecho
que todo se sabe
en un camino
con muchos más cruces
de los que se ven
o nos hacen creer,
los que se intuyen
o nos imponen.
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