OJOS DE CHOCOLATE
Dirán que no puedes volar. Pero ignoran, pues no saben, que lo haces despierta, a cada momento, al observar los paisajes o al abrirse la mañana. Puede que sea casualidad... pero te vi tantas veces levantarte que dejé de enumerarlas mediante una sonrisa presente. No sé si sería la tuya, o quizás la mía por ella contagiarse, pero toda aquella fuerza hacía temblar a los más valientes. Los ojos de chocolate y un volcán soltando lava con cada paso que dabas. ¿Qué más podría decir? Más tendría que decir. Que podías, puedes, volver la Nada en un Universo paralelo a todo lo observable. Guerrera a más no poder... como lo suelen ser las almas que no se esconden. Y llena de disparates que si se perdiesen no se verían las tardes. Y no eran tus labios, o aquel pelo azabache iluminado por esa sonrisa... Era la complejidad... y la sencillez. La fuerza de tu voz en su ser transparente. Y podría decir todavía más cosas. O dejarlas sin plasmar. ¿Te reconoces? Así que pega tus alas... y