PAREDES QUE SUDAN SANGRE
Sangre sudan la paredes.
Y los espejos, y los espejos
sonríen al mostrarnos su reflejo.
¡Cómo sudan las paredes!
Están teñidas con sangre.
Y los espejos son el recuerdo
de estas sin el uso del tintado.
Pero sudan las paredes...
... mientras otorgan el olor de la sangre
a lugares alejados
de la misma pared en que le da por habitar.
Va inundando, llenándolo todo
de una manera inconsciente
al ir rasurando el arte
que de la madera lija un trozo.
Y va recubriendo por completo una escultura
ausente en significado
neutro de lo que lo artificial confiere.
Las paredes sangre sudan,
y un frío atroz trasmiten
por la perdida del alma
que pudieron tener.
Esa que vaga por los olvidos
de la Luna que tuvo que vender su sonrisa
con tal de que otros más llegaran a mantenerla
ante un acto que hubo de embaucarlos.
Las paredes sangre sudan
por las imágenes
que tratan calmar las almas
luchando el presente.
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