EL VIAJE EN EL QUE UN ALMA SE AHOGÓ

Aún recuerdo la vez en que mi alma se me quemó.

Aún recuerdo la vez en que mi alma se me calló.

Aún recuerdo la vez en que mi alma se me escapó.



Pasó en un viaje que era parte del grande,

del que todos hemos de atravesar.

En él, por un río debía navegar.

Pero sus mareas parecían de los mares.


Partes de mi alma allí se quedaron,

y pensé que ya no las recuperaría.

Pero por suerte las recuperé.


Vi que estas abrigaban más fuerte.

Como si no importara la melancolía

que luego sirvieron de cimientos.


Sin saberlo, mi alma se volvió más fuerte

por la lucha que hubo de atravesar.

Por la lucha que hubo de confrontar

en las mareas que parecían de los mares.



Cuántas veces habremos de perder,

cuántas pocas habremos de ganar.

Pero si no entendemos del perder

cómo sabremos lo que es el ganar

si es que al acostumbrarnos al perder

al final no notamos el ganar. 

adaba.cl






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