EL SEGUIR CAMINANDO
Mira, he dado otro paso más.
¿Cuántos más me habrán de quedar
hasta llegar a mi nicho?
¿Cuán largo será el camino?
Es más corta la distancia.
¿Cuánto más me habrá de quedar
hasta sentirme cansado?
Descansaré entonces algo.
Sé que proseguiré caminando.
Que mis dos piernas temblarán
por medio de las fatigas.
He de seguir caminando.
Aunque el cansancio me frene
he de seguir caminando.
He de seguir la travesía.
He de seguir entre los días.
En los instantes de calor
y cuando avance la noche.
He de seguir caminando.
Incluso en las frías mañanas
que duelan con las resacas
hay que seguir caminando.
Sí, habrá que continuar caminando
aunque nos sintamos desfallecer.
Aunque nos emboscaran las fiebres
habrá que continuar caminando.
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