La historia de los gnomos y el bosque incendiado


sombradelaire.com.mx

13/VI/2019


Aquel jueves se levantó, salió de su hogar y contempló el día que hacía. Mientras se estiraba, y desperezaba el cuerpo, observó los cielos despejados. Olía a naturaleza pura y limpia. Las flores crecían en todas las esquinas y los animales parecían convivir en perfecta armonía.

Llamó a su fiel amigo Swfit, el zorro de pelo rojo más veloz del lugar y, mientras esperaba, se despidió de Lisa hasta la noche. Había quedado con el Juez Claus para dirimir unos asuntos sobre algún desastre que habían ocasionado los trolls.

Su cita con el togado no sería hasta el mediodía. Pero antes de ello tenía que ver con sus propios ojos los daños que habían causado Pot, Pat Poopey y Holley, las cuatro alimañas que habitaban en la zona y se mantenían al margen de aquel equilibrado mundo donde la naturaleza vivía en armonía.

Sus constantes diabluras, por decirlo de forma amable, ponían en "jake" continuo a los habitantes de la zona. Se recreaban destrozándolo todo y tenían especial obsesión con los hogares de los Gnomos, lo cuales, a pesar de estar bien protegidos y escondidos, además de estar alejados por una prudente distancia entre ellos, habían sido su foco de atención en los últimos tiempos.

La tarde anterior, un águila le informó que a 5 kilómetros de distancia el fatal grupeto se había entretenido haciendo de las suyas en un claro en mitad del bosque. Tras hacer una hoguera, se prepararon una opípara cena. En ella, la comida y el alcohol corrieron igual que en una bacanal romana. Se entretuvieron rompiendo todo lo que encontraron a su alrededor.

Árboles, plantas, madrigueras,... todo fue arrasado. La pira que realizaron estaba mal protegida, por lo que se descontroló y produjo un incendio. Al ver esto, los trolls se fueron corriendo entre risas dejando la extinción del incendio a los animales del lugar. Por suerte, conseguirían sofocarlo sin perdidas de vidas. Pero el daño ya estaba causado.

Cinco kilómetros de distancia. Eso para un incendio descontrolado es poco espacio, pero en un pequeño Gnomo es una distancia enorme. Por suerte, gracias a Swfit podría llegar enseguida y ver las consecuencias con sus propios ojos. Meditaría con los animales del lugar. Luego, y tras cerciorarse que ningún congénere vivía allí, iría a visitar al juez Claus.

Este ultimo, quien ya habría realizado sus pesquisas, también estaba preocupado por las andanzas de los cuatro maleantes. Cuando él y David se encontrasen llegarían a alguna conclusión sobre qué se debería de hacer.



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