Sobre las rocas y los árboles, pero en especial sobre estos últimos

 16/X/2019

¿Nunca os habéis fijado en los árboles? Junto a las rocas son los seres más humildes de la Creación, de la Evolución.... Estas últimas, duras desde su comienzo, van haciéndose más pequeñas con el contacto del viento, del agua, del fuego,... llegan a crear un nuevo ecosistema desde ellas mismas partiendo…

Dicen que los árboles mueren de pie... brotan de la tierra y van creciendo poco a poco. Siguen creciendo, florecen y se mueven... sí, se mueven aunque no lo notemos. ¿Por qué no lo notamos? Mientras emergen y sus frutos van surgiendo se van moviendo por la tierra, una tierra que se ha alimentado desde tiempos inmemoriales con el recuerdo de otros árboles. Parece que no se mueven, por eso les damos vueltas…

Les damos vueltas porque pensamos que están ahí sin nada que decir, sin nada que contar, sin nada que enseñar... pero si les damos esa vuelta escuchándoles sabremos de sus leyendas y el por qué de que estuvieran allí alimentando las plantas y animales que crecieron escuchándoles desde su base. Sus raíces sumergidas en la tierra, los hongos y orugas que suben por su troncos, las aves que trinan entre sus ramas y hojas…

Si un árbol se planta en el medio y se le da vueltas sin aprender nada se pierden todas las enseñanzas. Solo se muestra una superioridad basada en el momento. No transmite, no cuenta, no versa nada. Llegará el día, ojalá, en el que se vea que alrededor del árbol no ha crecido ningún fruto por esas superioridad de la que se alardeaba. Entonces, solo entonces, se vería que el que le rodeaba tenía más que contarle y mostrarle que el que hace dar una vuelta alrededor de aquel.

Los árboles mueren de pie porque bajan la cabeza ante el mundo que se creó a su alrededor, de su vida y canciones, de su belleza y fragancias,... bajan la cabeza ante lo creado porque no saben disimular esa sonrisa de orgullo disimulado pues no quieren que les canten por sus monumentos, tampoco por sus sacrificios ni los momentos...