AL BUSCAR LA INMORTALIDAD...
La inmortalidad caduca
desde el mismo instante
en que pasa a ser un objetivo
a conseguir.
Genera tal necesidad
que todo lo envuelve
en un fino, pero grueso, manto
al existir.
Parece una prisión
con grises y frías paredes
que se van pudriendo
por la humedad.
Ese que está preso
lo contemplará sonriente
cuando está ignorando
esa trampa.
Parecido a si le ajaran
asegurándole
que le volverá a crecer su brazo
en un latir.
Será esa su recompensa,
ser siempre presente
a lo largo del futuro tiempo
en el venir.
Buscar ese manto
es topar agua que da sed
en un hondo pozo
que destapa
un febril escozor
que recorre toda la piel
en sus centímetros
de distancia.
Comentarios
Publicar un comentario