FLICKER (europapress.es)
Todo ser vivo que habita este
planeta está sujeto al proceso evolutivo. Todas las especies,
incluidos nosotros, están inmersas en ese continuo bagaje que nos
hace poder sobrevivir adaptándonos mejor al medio. Y la nuestra, la del Homo
Sapiens, al estar en
la cúspide de la pirámide de la naturaleza como ser dominante, es un directo partícipe en el hecho de que las demás tengan que hacer frente
a nuestra interacción con los diferentes lugares que transitamos.
Incluso un animal tan majestuoso y enorme como el elefante no se
libra de todo ello.
Esto se traduce en que los
paquidermos del Parque Nacional de Gorongosa, en Mozambique, vayan
perdiendo su característicos colmillos. La caza furtiva ha generado
que cada vez haya más de estos animales no desarrollen esos
preciados colmillos de marfil. Podrán
llegar a suponer que aquellos que carezcan de estos tendrán más
facilidades a la hora de sobrevivir, y podrían estar en
lo cierto. Pero un factor
clave en ello es la guerra civil que padeció el país entre 1977 y
1992. De
hecho, la cifra de hembras
que carecían de ellos
era del 18,5% cuando
comenzó frente al 50,9%
al finalizar; casi 3 veces
más.
Esas
son parte de las conclusiones de un estudio publicado por la revista
“Science”
este 22 de octubre. Durante la contienda que enfrentó al gobierno
comunista del Frente
de Liberación de Mozambique
y los anticomunistas de la Resistencia
Nacional Mozambiqueña
la población del elefante africano del Parque disminuyó en un 90%.
El
marfil fue una fuente de financiación por parte de los combatientes. A
partir de 1992, y ya con la guerra finalizada, la población de estos
animales se fue recuperando. Pero un gran número de hembras nació
sin la posibilidad de desarrollar sus colmillos. Esto estaría
relacionado con un gen que les facilitaría sobrevivir a la caza
furtiva.
En
Gorongosa no hay machos sin colmillos
Sin
embargo, según señala el estudio, no hay
ningún registro en el que se encuentren casos de machos sin
colmillos en
el Parque de Gorongosa.
En el caso de las hembras su supervivencia desde 1972 hasta el año
2000 fue 5 veces superior en aquellas que no disponían de ellos, por
lo que la selección natural favoreció ese fenotipo por el cual no
aparecerían. ¿Pero
por qué no hay machos sin colmillos? Los científicos descubrieron
dos genes que eran inviables entre ellos; es decir, que son
incompatibles. Estos estarían en el cromosoma X y serían los
responsables de tenerlos o no.
Este
cromosoma está relacionado con el sexo de las especies animales. Lo
que origina esa inviabilidad es que las madres sin cuernos pueden
tener hijas sin los colmillos. Pero esto no sucede en el caso de que
los varones sin ellos. Fatídicamente, estos mueren antes de nacer.
Por
lo tanto, de acuerdo con los datos del estudio, la caza furtiva ha
empujado el nacimiento de hembras sin colmillos en el continente
africano y, esporádicamente, también se ha observado en los machos.
En
Gorongosa el 33% de las descendientes de las hembras que
sobrevivieron a la guerra y que nacieron entre 1995 y 2004 carecen
de ellos.
A
todo esto hay que sumarle también un cambio en su dieta. Se
alimentarían de pastizales y no podrían usar los colmillos a la
hora de excavar buscando agua o arrancando la corteza de los árboles,
de las cuales también se alimentan. Por tanto, además de ese cambio
en la alimentación, dejarían de ejercer su función reguladora en
el ecosistema ya que son capaces de formar pastizales partiendo de
los bosques. Esta perturbación en la naturaleza generaría el
aumento de estos últimos alterando el hábitat de muchas especies,
pudiendo llevarlas a la extinción.
Otro
cambio fundamental que han sufrido se ha reflejado en su
comportamiento. La guerra, la caza furtiva y la intrusión del Ser
Humano en sus territorio los ha vuelto temerosos y violentos hacia
nosotros. Según informaba el diario “Público”
este mismo día 25, a las conclusiones extraídas por el estudio de
la Universidad
de California Los Ángeles
encabezado
por Shane
Campbell-Staton
hay que añadirle lo que relatan fuentes que estudian las poblaciones
de los paquidermos. Estas aseguran que el aprendizaje que les supuso
la guerra hace que no se aventuren en espacios abiertos, huyan de los
humanos o lleguen a atacar los vehículos. |
Comentarios
Publicar un comentario