El misterio de los monolitos aparecidos a lo largo del planeta

Múltiples teorías son las manejadas sobre su origen y propósito

Imagen de archivo

16/VI/2021

Acaban de localizar el que sería el monolito más antiguo de los que han aparecido misteriosamente a lo largo del planeta. Su descubridor es Estanli Cubri, el famoso aventurero y viajero entre dimensiones espacio temporales. Según señalan sus hallazgos, el primero de ellos, o por lo menos el más arcaico del que hay constancia, hizo acto de presencia en una árida zona sin especificar de África hace ya más de 4 millones de años.

Hasta el momento se manejan varias hipótesis sobre su origen. La primera indica que sería fruto de los esfuerzos de The Most Famous Artist. De ser así, este colectivo de artistas aún no ha detallado los motivos de su acción ni por qué decidieron ubicar el primero de ellos en una distancia temporal tan lejana.

Por otro lado, algunas voces señalan que podría tratarse de algún experimento sociológico sobre el cual no han sido concretadas sus intenciones. Otras sugieren que sería una herramienta con la que poder estudiar la evolución humana sin realizar ninguna interacción hacia ella que la pudiera condicionar.

La última teoría sugiere que es una herramienta alienígena o, en su defecto, algún artefacto de nuestros propios descendientes de dentro de centenares de miles de años. En todo caso, Cubri comenta que, desde que su aparición se dio, la comunidad de primates que en ese lugar habita ha comenzado ha desarrollar sus habilidades de manera mucho más rápida.

Esto chocaría con la tesis que afirma que no pretendería interferir en su evolución. Ello porque los primates serían capaces de arrojar piedras y palos (por lo que ya usarían armas), se comunican de forma cada vez más compleja, cantan, rezan al monolito, se rascan las posaderas y ya edifican pequeñas viviendas.

El penúltimo factor es determinante, pues este indicaría fehacientemente nuestra evolución a partir de ellos ya que es uno de los rasgos más característicos que poseemos. Estaríamos, por lo tanto, ante una especie de mutación que habría acelerado el proceso hasta lo que se ha convertido nuestra especie actualmente.