"HORA DE SOBAR UN RATO" (II) ...
Se levantó en medio de un gran calor.
Aun así, y con todos los sudores,
optó por mimar su genitales.
Lo hizo muy despacio y con paciencia,
como si fuera un arte o una ciencia.
Al finalizar, suspiró.
También se limpió y fue a la cocina
con el propósito de tomarse un café.
Luego llegaría el momento de ducharse,
acicalarse y coger la ropa
con tal de salir un rato.
Pero antes, fumaría un cigarrillo
mientras le acompañaba otro café
en la ventana al mirar la calle.
Parecía hacer un caluroso día...
aunque ¡menuda la que se venía!
Hizo acopio de su valor y cogió las llaves.
El portal era agradable, y más que fresco.
¿Qué pasaría cuando la calle pisara?
Al salir, la que fue su primera bocanada
casi le dejó bailando.
Aquel calor se le metió
en los mismos huesos a través de los pulmones.
Aun así no cabía opción alguna de marcha atrás.
Comenzaría con un paso
al que le seguiría el sudor.
Y como él, igual iban el resto de las gentes.
La calle parecía un fuego con sus brasas.
Los cuerpos parecían pedir refrigerios
al paso de los que en ella osaran adentrarse.
Entró en un bar y sintió su frescor.
Pidió una "cervecita" y salió a la calle;
quería evitar un golpe de calor
por estar en lo agradable que en él había.
Y muy despacio la fue tomando.
Al acabarla, suspiró. Luego se fue
aguantando el calor mucho mejor.
Sí, parecía que iba a ser muy largo aquel día.
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