LOS RETALES DE NUESTRAS CANCIONES
Habrá lugares a los que siempre volveríamos.
Y corazones que gustaríamos sentir
de nuevo sin gastar la esperanza.
Dirán que son cosas de la vida,
o de los asuntos que no suelen partir
al haber calores que no pueden ser extintos.
Serán cosas de las cosas
que suelen tener las cosas.
Y son los lugares a los que volver querríamos.
Pasa también con el abrazo y su latir
al comprobar que nada lo frena.
Dirán que son cosas de la Luna
al momento en que se siente su influjo fluir.
Será que las cosas tienen un cariz mágico
que sólo es capaz de explicar
el calor al ver la Luna.
¿Dónde querrías volver?
¿A quién le querrías abrazar?
No debería ser un sentimiento extraño;
¿es que los corazones hemos blindado?
Esperemos que así no sea...
son tantas las cosas que guardamos
que sería toda una pena que se nos perdiesen.
Pero regresemos donde lo dejamos antes...
con sensaciones empapémonos
y logremos que florezcan.
¿Cuál es la que escoges?
¿Cuántas más logras recordar?
Haz que a ninguna le arrastre los olvidos
y dispongan de cuerpo en su sentir propio.
Porque con eso crecemos
y nos hacen ser esa persona
que entre dificultades camina
cuando, de vez en cuando, ve un amanecer
y a las noches disfruta en sus vivas luces.
Porque con eso cantamos
a partir de canciones escritas
sin la necesidad de la pluma
que aguarda sin prisa el momento de tejer
cada paso que conforman los retales.
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