La anécdota del gimnasio con escaparate de cristal

02/I/2021


"¿Qué quieres que te diga? Voy casi todos los días al gimnasio. Es uno de esos modernos, de los que tienen un escaparate enorme con el que los que pasan por delante pueden ver todo lo que hacemos.

"El otro día vimos a un tío pasear a su perro. Era un chucho pequeñito, de esos que son mogollón de graciosillos y tienen una mala leche tremenda. ¿Te puedes creer que al animalico le dieron ganas de cagar justo en ese momento?

"Ahí fue que vimos toda la secuencia; no sabíamos qué hacer. El pobre animalillo levantó la cola y se inclinó. Soltó un pedazo "mierdaco" que era cuatro veces más grande que él. El dueño esperó a que acabara y siguió su camino sin recoger aquel pedazo de zurullo. Nos quedamos flipando.

"Podíamos ver el pastelón mientras estábamos dándole a la maquinaria. Entonces pasó una señora con las bolsas de la compra. Hizo un movimiento brusco y se pegó la hostia del siglo. Había pisado el recuerdo que no recogió el tío. Cayó encima de ella y se rompió la pierna derecha por tres lados.

"¿Tú te puedes creer que no aparece en los telediarios porque le ha quitado el protagonismo una monitora de aerobic que daba clases al aire libre justo cuando pasaban unos tanques por detrás de ella? Parece que los gimnasios de Myanmar son más adelantados que los nuestros".



Comentarios

Entradas populares de este blog

Un agujero negro en la oficina

VIAJANDO POR EL ESPACIO

LEGO lanza un cortometraje de "Tiburón"