DECÍA QUE GUSTABA DE DISFRUTAR
Mentaba tener el corazón caliente.
Y la mente casi alocada y distante.
Decía que gustaba volar en las nubes.
Que podía disfrutar sintiéndose libre.
Mentaba tener el corazón en calma.
Y la mente transparente como el agua.
Decía que gustaba saltar en la Luna.
Que podía danzar al ritmo que marcara.
Mentaba que disfrutaba siendo libre,
que sentía su corazón palpitar
mientras su propio sudor bañaba
con la dulzura de las sales su mismo cuerpo.
Mentaba que gozaba sintiendo un valle,
que percibía su corazón soñar
mientras su fino sudor estaba
en la labor de restaurar su propio cansancio.
Guardaba las horas sin necesitarlas,
sin importar que los segundos se marchen
o que le den por correr a los minutos.
Guardaba las tapas de un libro que canta
por las páginas que las palabras vuelven
real en el corazón de sus capítulos.
Decía que solía cantar y bailar.
Que muchas veces se encontraba haciéndolo.
Muchas veces de forma inconsciente.
Otras veces se amoldaba a la situación
siempre y cuando le llamara bailar.
Mentaba disfrutar siendo libre.
Que no le gustaba bailar obligado
y menos sin sentir la música.
Decía que gustaba de disfrutar,
y que nunca se obligó en su propósito.
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