EL BÁCULO DEL TIEMPO (LA PELOTA QUE BOTA)
Abrazaría el paso de los años
guardando sus primeras zancadas
casi de una manera inconsciente.
Abrazaría el canto de los ratos
guardando sus primeras sonrisas
casi de una manera vibrante.
Acaricia el bastón en el que se apoya,
y observa el brillo del barniz.
Suele acostumbrar revivir
al verlo los días de cuando era más joven.
Suele pasar que le invade la nostalgia
volviendo su viejo sentir.
Con fuerza suele relucir
igual que los verdes y frondosos bosques.
Entonces no se siente cansado
al proporcionarle los recuerdos una tregua.
Entonces se siente revivido
al otorgarle el báculo el don de la palabra.
Esta sale lenta y pausada, con vigor.
Quizás también desgastada,
pero con un tono sólo comparable
al que hubo de tener atrás en el tiempo
la misma al ser suya propia.
Esta vuela cauta y paciente, con sueños.
Quizás también enérgica,
pero con un son en el que los desgastes
son reflejo de las moralejas de un Sol
que dar lecciones evita.
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