LO QUE ME QUEDA POR VER

No es que haya vivido mucho.

Es más, algunos considerarán

que me falta lo que llaman "calle".


Pero alguna que otra cosa he visto;

ya fueran raras o excepcionales.


Algunas sucedieron un martes,

otras aún siguen siendo un misterio.


Hubo algunas que no me las callé,

otras las plasmé en una novela

que no tomó la forma de escrito.



Una de todas las cosas

sería negar el derecho al error:

ver que alguien lo quiere arreglar

y que eso siempre se le negase.


También lo contrario;

a ver si saben de qué se trata.


Piensen en la situación contraria;

háganlo tranquilos.


Que incluso con la certeza

de que se está cometiendo un error

en él se habrá de continuar

porque se dan oportunidades.



Vi a gente querer continuar

y a los que no les dejaron.


Vi a gente petrificada

que a continuar fue empujada

sin percatarse de aquello

y salieron adelante.


Vi gente apesadumbrada

agarrando la esperanza

igual que clavos ardiendo

y sonriendo finalmente.


Hasta vi unos sueños rotos

recuperando su forma.



También vi gurús predicando un bien

destinado hacia ellos.


Incluso observé gentes tan tristes

que iban concediendo alegría

por sentirse un poco mejor.


Estos lo dejaban todo

por vislumbrar las sonrisas

mientras no tenían con qué agarrarse.


Vi pequeños lodos

que llegaron a ser obras de arte.



No es que haya vivido mucho,

pero tengo mucho por ver.

Bastante más de lo que pueda imaginar.


Vi, incluso, gente dando lecciones

sin saber de lo que hablaba.


Y gentes que, al poder darlas,

preferían que estas solas llegasen.


Será que las sorpresas están guardadas.

Y de estas hay muchas por ver,

más de lo que imaginamos.














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