LAS CARETAS; Y LAS CARETAS

Hay caretas y caretas.

Unas buscan la supervivencia.

Otras van buscando nuevas presas.

Hay caretas y caretas.

Algunas pretenden el silencio. 

Otras protegen al silenciado.

Hay caretas y caretas.

Algunas sortean la mala suerte.

Otras buscan de ella protegerse. 



Hay caretas y caretas

con una industria que las protege.

Esta misma las fabrica

en un negocio que fortalece

el amor hacia las imágenes

y el sentir a lo ficticio.


Hay caretas ancestrales

con un carácter divino

llegadas hasta nuestros días.


Hay caretas medievales

que alcanzaron el destino

que se muestra en la actualidad.


Hay caretas y caretas

que al pasar el tiempo no se extinguen.

Lograron la inmortalidad

en una película que extiende

sus tentáculos fingiendo mares

que orillan en lo sagrado.



Un inciso:

hay caretas y caretas

como tetas en las carretas

arrastrando los cojones

de los machos que son "hombres". 



Parece que hay caretas, muchas caretas.

Están en la libre disposición

dentro del mercado de valores

que fluctúa por el porvenir

de la oferta y su demanda.


Resulta que hay caretas, muchas caretas.

Están al servicio del reflejo

que los complejos pretenden hacer

de los sujetos su existir

una frívola fábula.


Vaya, pues que hay caretas, muchas caretas.

Estas aligeran nuestros miedos

cada vez que vemos a una pared

que le daría por discernir

el interior de nuestra alma.

Michael Myers (revistagq.com)


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