LA BARRERA QUE GUARDABA EL MAR

Quieres saltar la barrera,

pero ignoras dónde

la podrían estar guardando.


"Debe de estar cerca",

te dices.


Te dices 

que dónde habrá de estar.


Decides caminar algo,

investigar lugares

en los que no te fijaras.



Asciendes una colina

para después ir bajando

unos caminos distintos

a los que dejaste detrás.


Percibes cómo el esfuerzo

va desgastando tus fuerzas,

pero debes de continuar

hasta lograr tu objetivo.



"Debe estar cerca, seguro",

te dices al animarte.


Entonces, al dar unos pasos más,

logras ver lo que tanto has ansiado

y te vas acercando hacia él.


Al arribar a su base

contemplas la barrera extasiado.

Te la habías imaginado inmensa.


Pero de forma paciente

subes hasta el otro lado.



Una vez allí ves el mar 

y degustas su salitre. 


"¡Es magnífico!", te dices,

¿Por qué construir la barrera?".

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