EL FUEGO EN LA PANTALLA
Comercian fuego
como si fuera un juguete.
Tal vez con música,
pero es fuego
en toda su esencia.
Quizás vuelen,
o vayan a ras de suelo.
Pero son las llamas
que ruge la discordia.
Y estas duelen
sin estar en el terreno.
Tenemos pantallas
con las que las muestran.
Muestra ese circo
cuya función es presente.
Pero sus escenas
no son jaleo
propio de una fiesta.
Y todos los sofás
son los atrios
que nos conducen al atril
en el que se muestra.
Triste calamidad.
Una función
vuelta de digestión fácil
por lo cotidiana.
O lo frugal
que supone
su consumo
tan barato
y de alcance
universal.
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