Los "aliens" podrían ser depredadores agazapados

Lo harían con tal de no ser descubiertos y convertirse en presas

espaciomisterio.com

Al igual que en alguna que otra ocasión, vamos a proponerles un juego. ¿Cómo se comportarían si estuvieran de caza? ¿Harían algún ruido? Lo más posible es que no, ¿verdad? Ello con tal de que no se les escape la presa. Aunque también con el propósito de no convertirse en un cazador cazado, ¿no?. Pues imaginen que esa misma actitud la tuviera una civilización extraterrestre. Esa premisa da pie a la Hipótesis del Bosque Oscuro y, a grosso modo, indica el porqué de que no hayamos tenido alguna señal de los "aliens". Es decir, estarían agazapados con tal de lograr su botín y que no se de una vuelta de tuerca.

"Podría justificar la Paradoja de Fermi", explica el escritor y periodista Javier Sierra. Lo más curioso de esto es que la idea proviene del mundo de la ciencia ficción. En concreto, la ha postulado el escritor chino Liu Cixin, autor del libro "El problema de los tres cuerpos" (2006) y cuya serie basada en él está teniendo un gran éxito en Netflix. "Ese cazador lo que haría ante un ruido sería disparar antes de preguntar", explica el turolense. Es conclusión, "no quieren que les disparemos". Es por ello que, al ser depredadores, no recibimos mensajes de esas civilizaciones.

Esta explicación por parte de Sierra la realizó recientemente en "Herrera en COPE". La aunaba también con aquellas voces de "agoreros" que alertaban sobre el mandar señales de nuestra existencia al espacio, entre las que figuraba el físico Stephen Hawking. Partiendo de esto, no lo deberíamos de hacer porque desde el momento en el que lo hacemos "ese cazador (hipotético) va a saber dónde estamos y podría venir aquí a atraparnos", expresaba reflejando las palabras del británico. "Esto ha generado un debate fascinante", añadía.

Pero antes de proseguir vamos a plantearnos la siguiente cuestión. ¿Qué es la Paradoja de Fermi? Esta da por hecho la existencia de civilizaciones ajenas a este planeta, ¿pero por qué no hemos dado con ellas? Podría ser que la vida esté en estado de hibernación o que no disponemos de los "instrumentos y conocimientos adecuados para detectar a esas civilizaciones", recoge 'Hipertextual". Pero claro, ¿dónde están? Tal vez miremos en direcciones equivocadas o sobre estimamos su posible existencia. Pero es que la edad y tamaño del Universo dan a entender que existirían. "Sin embargo, esta hipótesis contradice nuestras observaciones al no encontrar evidencia alguna de ellas", señalaba Fermi.

Formulada por el italiano Nobel de física en 1950, vería una continuación en la "Ecuación de Drake" de 1961. El fallecido radioastrónomo estadounidense Frank Drake, quien fuera uno de los impulsores del Proyecto Seti (Search for Extra Terrestrial Intelligence), trataría de calcular las probabilidades de vida inteligente detectable en la Via Láctea. Para ello se valía de las siguientes variables: el ritmo de formación de estrellas en nuestra galaxia, la cantidad que tienen sistemas planetarios, aquellos de estos que son aptos para la vida, en los que aparece la vida, los que desarrollan vida inteligente, las que pueden emitir señales y el tiempo durante el cual las civilizaciones las emiten. Según el astrofísico Avi Loeb, "lo que pretendía era más bien ser un marco de referencia", plasmaba 'Infobae' en 2021.

Pero claro, eso era cuando los exoplanetas no habían sido detectados. En aquellos días se calculaba que "a nuestro alrededor podríamos tener en torno a 40 civilizaciones avanzadas de manera suficientemente evidente como para enviar señales hasta la Tierra y que nosotros las captáramos y pudiéramos tener una interrelación", contaba Javier Sierra. Ello teniendo en cuenta que las características de estos tendrían que ser similares a nuestro planeta y que el primero se halló en 1992. "Con el descubrimiento ya evidente de que alrededor de cada estrella, al menos, hay un planeta o, probablemente, un sistema planetario, las posibilidades de vida, y de vida inteligente, se han multiplicado exponencialmente y se habla ya de miles de civilizaciones".

El peligro de enviarles señales

Llegados a este punto, volvamos atrás y adentrémonos en el debate que se habría generado por el posible peligro de enviar señales al exterior. De hecho, Elon Musk firmó en 2015 un manifiesto en el que se pedía que "la ciencia humana decidiera interrumpir cualquier comunicación de alta energía para transmitir mensajes a hipotéticas civilizaciones extraterrestres". Entre las personalidades firmantes estaba John Gertz, quién, además de productor cinematográfico, es fundador y presidente de la fundación privada FIRST (Foundation for Investing in Research on SETI Science and Technology). Esta se dedicada a financiar las actividades del SETI, señalaba 'ABC' en 2016. "Lo que habría que hacer es castigar penalmente" a quien emitiera señales, comentaría Gertz.

El tema estaría en que el SETI trata de escuchar las señales; es decir, su función es pasiva. Pero su parte activa es el METI (Messaging to Extra-Terrestrial Intelligence). Y sus mensajes son enviados al espacio exterior en forma de señales de radio. Algo frente a lo que Gertz, además, esgrimía que no era ciencia, sino diplomacia no autorizada. Partiendo de esas declaraciones, y señalando a los partidarios del programa por pretender hablar en nombre de la humanidad, afirmaba que era antidemocrático "ya que no nos dan la oportunidad de estar de acuerdo con sus transmisiones o ningún control sobre el contenido del mensaje", plasmaba 'ABC'.

¿Pero y si ya saben de nosotros y nos observan como si estuviéramos en un zoo? "Quizás los extraterrestres están vigilando a los humanos en la Tierra, de la misma manera en que nosotros observamos a los animales en el zoológico", se preguntó el astrobiólogo estadounidense y presidente del METI International Douglas Vakoch. Comenta Sierra que, en esos casos, no tenemos la necesidad de enviarles una señal a los animales. "Incluso sabemos que es peligroso saludarles porque si les tiras cacahuetes igual se tiran contra las vallas y te arrebatan otra cosa y te hieren". Por lo tanto, está hipótesis también podría justificar que no tengamos noticias de ellos.

La evolución de la civilización y los Anunnaki

Aunque también está el factor de la evolución, de cómo hemos cambiado como civilización. ¿Partiendo de ello tendríamos que tenerles miedo? "Hasta hace unos años, nosotros para comer necesitábamos conquistar territorios", relata Javier. Todo con tal de conseguir recursos. "Pero de un tiempo a esta parte", prosigue, "es la tecnología de procesamiento, de aprovechamiento de las materias primas, lo que nos hace que podamos mantener a 7.000 millones de humanos en el planeta Tierra". En su caso, "una hipotética super civilización extraterrestre habría desarrollado la suficiente tecnología para no necesitar conquistar un territorio para comer". Además, si pudieran acercarse aquí ya habrían "terraformado otros planetas" con tal de satisfacer sus necesidades y no tendrían que conquistar.

En consecuencia, "hay un debate por debajo de lo científico que se aproxima al de la ciencia ficción, pero tiene mucho de filosófico y de moral y que nos habla de lo difícil que es la Paradoja Fermi". Todo ello más allá del azar y las casualidades de nuestra existencia, de lo jóvenes que podamos ser en comparación con los 13.800 millones de años del universo o la supuesta venida de los Anunnaki en tiempos sumerios. Dejando de lado el aspecto de que los primeros necesitaran esclavos que trabajaran por ellos para extraer oro, nuestros ancestros habrían conocido "la existencia de un planeta errante dentro de nuestro sistema solar". Sierra añadía partiendo de las traducciones del estadounidense Zecharia Sitchin (1920-2010) que "cada x miles de años, en su proximidad a la Tierra, descenderían y aprovecharían para nutrirse de recursos naturales y llevárselos".













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