Cosas de trabajar en fábricas de bollos, un "sex shop", ópticas o el "telepi" (II)

«achero tattoo» publica la segunda parte de la entrevista viral de hace un mes

cuantarazon.com

Más de un mes ha tardado en ser publicada la segunda parte de la entrevista que el tiktoker y youtuber achero tattoo le realizó a Víctor; el joven que se volvió viral al desvelar el porqué de que las pizzas a domicilio estén mal cortadas. En aquella charla, de la cual podrán leer su contenido pinchando en este enlace, habló profusamente de su experiencia laboral. Y aunque se centraba en mayormente en el tiempo que fue empleado de un "sex-shop", abarcó otras etapas más.

Superando los 8 minutos y 30 segundos, esta sesión ha dejado plasmadas algunas partes de lo que es Víctor como persona; es decir, de su personalidad. Por ejemplo, señala mientras está cómodamente sentado en una silla que reduce las cosas complejas a equivalencias que las hagan fáciles de comprender. Además, confiesa que no soporta a las gentes altivas o que se creen superiores a los demás. "En ninguna parte de mi vida", remarca.

Ese primer factor, el de volver comprensibles las cosas difíciles, le fue de gran ayuda en sus tiempos en el "sex-shop". Sobre todo con las mujeres, las cuales, además, se tranquilizarían al saber que es homosexual. Esto conducía a que le contaran "las cosas". Aunque también lo atribuye a que parezca "bonachón" y a que no juzgue a la gente. Todo esto, según explica, lo resume desde la propia perspectiva que tienen los demás sobre él.

De esos días recuerda con cariño la vez que fue una madre con una abuela y le pidieron ayuda debido a que su hijo es un chico trans. Con 14 años estaba hormonándose e iba a comenzar a ir a la piscina en clase de gimnasia. El joven sufría un complejo enorme porque con el bañador se notaba que no había nada. En consecuencia, el chaval no quería ir. Pero se le ocurrió una solución.

Esta consistió en recurrir a las coquillas, la protección de la zona testicular que se usa en algunos deportes de contacto. Explica que estas, en las tiendas de deporte, disponen de tamaños orientados a los jóvenes. De esa forma se libraba de llevar un estrapón de adulto. "¿Qué va a llevar, un pollón enorme el niño?", se cuestionaba. Además, si los compañeros le preguntaban podría decir que se lo había recomendado el médico ante la posibilidad de darse un golpe.

"Que te roben un juguete es muy triste"

Pero lo más "absurdo" que recuerda es que trataran de robarle. Hasta dos veces en una semana. "Joder tío, es que te roben un juguete es muy triste". Y relataba dos ejemplos de ello. En el primero, dos jóvenes le alejaron de la zona de lencería de mujeres. E iban con un cómplice. Al salir detrás de este, y los primeros "al darse cuenta de que no era tonto y que no iba de buenas; «nos vamos, nos vamos», digo «ya sé por qué os vais, hijos de puta»".

Dos días después, tras entrar una "parejita", percibió que faltaba una caja. Abriéndole la chaqueta al chico, les señaló preguntándoles sobre su procedencia. "Ja, ja, nos has pillado", le contestaron. "Es que manda huevos", exclamó. Pero llega a explicar un tercer caso. Notó que un varón llevaba una bolsa con otra caja. Esta era de un color rojo Ferrari. Sigilosamente, fue hacia él, la cogió y le señaló sobre su procedencia. Este, nervioso como estaba según su descripción, abandonó el establecimiento.

Hoy en día, tal y como señalábamos en el anterior artículo, trabaja de informático. Esta parte es la que quedó inconclusa y bajo la promesa de ofrecerse en la continuación que estamos tratando. Explica que el Ciclo Superior se lo sacó mientras trabajaba en ese negocio. 40 horas semanales frente a las 30 que dedicaba a los estudios. Por ello, pidió un día a la semana libre con la intención de poder vivir. Y es que únicamente tenía tiempo libre para comer, recoger los platos y lavar su ropa, detalla más adelante de la conversación.

Y revela que en ese trabajo comercial, aunque esté remunerado "un poco mejor" que otros de índole similar, "no tienes un sueldo muy alto". Además, a esto se le añade que se daba la circunstancia de que no se podía ascender. "No puedes llegar a encargado porque tu encargado es el jefe; o sea, no puedes...." Tras un pequeño corte de edición se pregunta que qué se podría hacer, ¿comprale su parte al dueño?.

El fantasma de la depresión

Relata también que su camino existencial no ha sido un camino de rosas. Habiendo superado anteriormente una depresión, cuando regresó a Madrid tuvo una crisis. Fue en la época que compaginaba estudios y trabajo. "Volví a ver los viejos fantasmas", explica. Lo hacía desde Segovia después de dejarlo con su antigua pareja, y a esto se le unía que estaba mal en los planos económico, laboral y de salud. A esos tiempos le achaca que su cuerpo dejara de producir testosterona. Y a pesar de que conoció al que sería su actual novio se encontró "un poco solo".

Habiendo dejado todo eso atrás, afirma que lo más loco que ha hecho por amor es "coger" un préstamo de 30.000 euros. Respecto a esto, y entre risas, le pregunta a su entrevistador si no le parece poco haberlo hecho sin "firmar ningún papel". Pero también hay lugar hacia las personas que le atraen físicamente. Estos son los chicos grandes, "tipo jugador de rugby". "Los norteamericanos, nórdicos, que son bastante «anchotes»". Por contra, los filipinos e indio asiáticos son los que menos porque "son muy, muy, muy delgados". "Suelen ser bajitos y estrechitos", matiza.







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