LOS VERSOS DEL DESCARRIADO
Escucho el viento
en esta noche
bajo el calor
de las calles
mojadas.
El descarriado
lento la mece
con sus versos
sin las luces
del alba.
No porque
no necesite de ella,
es porque
la tiene tan, tan viva
que su corazón
late sin ella
al torbellino
de la tempestad.
Pasa lo mismo
con las estrellas
a partir
del amanecer.
Son un dibujo
que se refleja
sin finjir
en los paisajes.
Tan descarriado
que de una flor disfruta
imaginando.
Sus versos
de oveja descarriada
llegan a ser luz
frente a lo común
de lo normal.
Son esos
los que forjaron su alma
en la multitud
que atesora un baúl
sin ranuras.
Tan descarriado
que intuye que encontrará
llamas sin calor.
El séptimo,
es como el séptimo
hijo del séptimo
hijo de una profecía
que no va con él.
Su camino
él mismo lo forjó
al son del Diluvio
que avecinar se decía
en los altares.
Sus versos
doblan la noche
como las campanas
que dan aviso
de alguna nueva.
Sus cantos
no tienen voces,
no necesita
ningún objeto
en su meditar.
Tan descarriado
que fue decisión suya
el ser él mismo.
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