SOY EL QUE SOY
Sin artificios,
soy el que soy.
Intento mostrarme
de esa manera;
como me educaron
y sin la necesidad
de la imagen
que tanto impera.
Con mis muchos defectos
y nada de perfecto.
Con mi forma de pensar,
la cual ha evolucionado
con el pasar
de los años,
y a la que nadie
he intentado imponer.
¡Maldito será el día
si llegara
alguna vez!
Son los rugidos
de mi yo
que se reconcome
por la altanería
que versa en el mundo,
por esa pulcra fealdad
tan presente
en cada esquina.
Pues hemos creado un mundo
sin ningún sentimiento.
Reinante es la soberbia
anclada en el mal ajeno
que traspasa
el corazón
siempre hiriéndole,
haciendo más grande
todas las heridas
sin importar
qué sucede.
Y no se trata de maldad
o la naturaleza
del Ser Humano.
Nos inculcan
a pasar sobre los demás
y a disfrutar con su dolor.
También a no cuestionar,
a dar todo por hecho,
a practicar la ostentación
a expensas de las limitaciones
de las que pueda tener
aquel que está al lado.
Y nos llevamos
las manos a la cabeza
cuando una guerra se declara.
Olvidamos las de antes,
las que suceden
o las que padece
alguien en nuestro vecindario.
También tenemos la osadía
de dirigir las vidas
de cualquier otro.
Psicopatía,
el pilar de la sociedad
en la que estamos envueltos.
Reino de la falsedad
donde muere el esfuerzo
bien sepultado en los pozos
al que dan origen los favores
en forma de billete
de lo putrefacto.
Todo tan perfecto…
sin atisbo en el que dudar
que otorgará la recompensa
a los fieles seguidores;
ser indulgente
hacia la serpiente
mostrando la dulce tentación.
Pero pese a todo
cojo esa úlcera
que se me crea
y sanármela intento.
Porque este mundo
es mucho más
que su crudeza.
Tiene tanto por lo que luchar,
tanta belleza en un cajón
a punto de salir….
Que no merece la pena
sentirse molesto
por lo que en él
transita.
Y es que es un orgullo
pisar la tierra
que da vida…
con todos sus misterios,
esos espacios
en la clara
y basta inmensidad.
Siempre será mejor celebrar,
aunque esté triste el corazón,
en este combatir
que resulta ser el día a día.
Vivir con orgullo
el presente
en ciernes.
Sin artificios,
soy el que soy.
Intento mostrarme
de esa manera;
como me educaron
y sin la necesidad
de la imagen
que tanto impera.
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