LA CERRADURA DE AQUEL CUARTO
Le dio por mirar desde la cerradura.
Aunque pequeña, le serviría de foco
con el que enfocarse,
y poder centrarse,
en aquello hacia lo cual tenía la intención
de poner su más que curiosa mirada.
La pequeña estancia resultaba vacía.
Además, rezumaba en un tono oscuro
que parecía un verde
con tonos brillantes
otorgándole una sensación de amparo
por la comodidad que parecía irradiar.
El pequeño agujero también dejaba
apreciar el calor
que en ella fue meciéndose,
quizás, de forma inconsciente.
Incluso, también, hasta toda claridad
de aquel ventanuco
que dibujaba la pared
al ir abriendo el paisaje.
Hasta llegó a ver un viejo sillón
con sus pieles desgastadas.
Y una cama retirada al fondo
desnuda sin las sábanas.
Y, sorpresa, notó una chimenea
con un fuego rebosante
que resultaba ser el origen de aquel calor.
Fue entonces que apartó la mirada
y accionaría el picaporte
cerciorándose que ese cuarto estaba cerrado.
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