A Bender le da por recordar días antediluvianos
24/VI/2020
"Estaba mirando las fotografías de mis viejos álbumes de fotos y vi una de los tiempos de la polca. No me reconocía. ¿Tanto había cambiado mi diseño morfológico con el paso de las distintas décadas? ¡Qué tiempos aquellos!
"Así que me decanté por mirar también los antiguos vídeos de VHS que deberían estar por algún lado del cochambroso trastero del piso de Fry. Mi sorpresa fue enorme cuando descubrí que no sólo los tenía, sino que también había algunos Beta. Y allí estaba yo, bailando en algún programa de televisión grabado a la hora de emitirse en todo el mundo.
"No sé a qué producto televisivo pertenecen, pero, si calculo bien, deben ser de aquellos tiempos de la catastrófica, y última, además de contubernal, Ley Seca. Mis circuitos no funcionaron como deberían y muchos archivos de memoria se borraron definitivamente. ¿A quién se le ocurriría semejante barbaridad?
"Tras superar aquellas lagunas, y recuperar la conciencia, descubrí que el mundo se encontraba sumido en una enorme crisis financiera que tenía su epicentro en la industria metalúrgica ya que, al no poder ingerir alcohol, nosotros, los dobladores de vigas, no pudimos hacer nuestro trabajo.
"Pasado un tiempo me contaron que casi destruimos el planeta a consecuencia de nuestra salvaje y despreocupada actitud por todo ello. ¡Menudo precio tuvieron que pagar por esa estúpida prohibición de beber bebidas alcohólicas! Casi 40 calendarios tardaron en volver a recuperar el nivel económico y de progreso que había antes del apocalíptico edicto.
"Años después me vi en una situación similar. Ya con la vuelta a la «normalidad», y discurriendo con tranquilidad el día a día, un fin de semana me puse a danzar de forma parecida a la del vídeo. Pero esta vez bajo los dictados que 'Dios manda' y teniendo bien engrasada cada articulación de mi metálico cuerpo y sus circuitos mediante ese elixir que es el alcohol.
"Así que, sin más, me puse a entonar el himno del Partido Popular mientras decía de forma jocosa a los allí presentes que podían besar mi metálico trasero. Y ahora me veis aquí.
"Bueno, me imagináis tirado en este sofá mientras no paro de reír al contemplar la forma en la que el paso del tiempo se ha traducido en mi cuerpo y me bebo un whisky a la vez que me fumo este enorme Habano proveniente del más profundo mercado negro".
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