¿Tienen los hosteleros derecho al descanso?

Una cliente protesta por lo que considera el cierre prematuro de un restaurante

restauracionnews.com

Suelen decir que la hostelería es una de las profesiones más bonitas. Aquellos que trabajen o hubieran trabajado en ella podrán contar miles de anécdotas sobre si es así. Aunque también otras tantas exponiendo su lado oscuro. Podrían basarse en las horas que se meten, el trato con los jefes o la clientela, lo duro que puede llegar a ser el oficio... Por ello, hoy vamos a dejarles varios testimonios de su día a día y la siguiente reflexión realizada por Jesús Soriano a través de su alter ego Soy Camarero: "El cliente NO siempre tiene la razón, tiene la razón quién tiene la razón y punto, dejen de normalizar la malcriadez y la mala educación simplemente porque están pagando por algo" (sic).

Este planteamiento lo plasmó este mismo día 18. En consecuencia, daremos vestigio a una reseña de la que Soriano se hizo eco en los diferentes perfiles que dispone en las redes sociales. Esta tiene su origen en el avilesino municipio de Guisando. Con apenas 488 habitantes, según los datos expresados en el I.N.E de 2023, está ubicado en su territorio Los pasos de Lola. Y aunque carezca de página web, si partimos de las fotografías habidas en internet se trataría de un restaurante acogedor y bastante llamativo por la natural terraza que dispone y la sugerente carta ofrecida, tal y como muestra lo plasmado en una instantánea de hace un año.

La artífice de la protesta sería Lucía Martín Blanco. A pesar de que su perfil es privado, en total ha dado su opinión hasta en 12 ocasiones y de esta, en concreto, dejó huella el pasado fin de semana. En ella muestra su disgusto asegurando que será "un sitio" al que no volverá. En su explicación expone que acudieron al lugar con la intención de tomar algo y refrescarse. Pero siendo "tan solo las 5 de la tarde" les habrían indicado que iban a cerrar. En su opinión, se trataría de "una muy mala atención". Basaba la impresión en que estamos en verano, "en julio". Frente a esto, la reacción en forma de replica por parte del restaurante apenas tardaría 27 minutos en darse.

Esta comienza con un sonoro uso de la onomatopeya de la carcajada. A continuación, le cuestiona si es que deben de estar abiertos las 24 horas y, tirando de sarcasmo, le señala que ponga ella el horario. Antes de proseguir, indicaremos que posteriormente afirmaría que el día anterior estuvieron abiertos de 9 de la mañana a 3 de la noche. "¿No tenemos derecho a cerrar?", remarca después de preguntarle si trabaja 8 o 16 horas, y si se da el hecho de que no descanse. Y es que con clientes así, quienes no respetan el descanso de la hostelería, no haría falta que volviera. Con esto les haría un favor porque no son sus esclavos ni sirvientes.

"La hostelería tiene derecho a descansar y tener un horario digno", arguye a continuación. Y es que, desde su punto de vista, semejante reseña es un acto vergonzoso "por no tener respeto a un descanso merecido". Es más, le daría vergüenza "escribir eso" y espera que Lucía trabaje "igual que ellos" indicando ahí el horario que anteriormente les hemos señalado. Por lo tanto, y habiéndole dicho que "muy mal" por sabatizar habiendo abierto, le pedía que no volvieran por ser gente que no respeta el reposo del sector. Sobre todo teniendo en cuenta que ese día tuvieron un horario recortado y trabajaron el resto de la semana de 09:00 a 00:00.

A vueltas con el tabaco


Llegados a este punto, vamos tratar algo que a los camareros, sobre todo cuando hay bastante trabajo, les puede sacar de quicio. Esto no es otra cosa que el tener que activar las maquinas de tabaco y lo cual puede reflejar la falta de empatía de algunos clientes. Pero si esto proviene de uno al que podemos considerar "habitual' puede llegar a sorprender. Por ello, y con tal de ponernos en situación, nos habremos de trasladar a Cartagena. En concreto al restaurante La Antigua Maestranza. A través de su perfil de TikTok, Anabel Moreno (quien también regenta junto a Daniel Aguado la pollería Caporal) relata un suceso surrealista.

Expresando que no sería la primera vez que le pasaba, describía lo que, según ella, se trata de una de las "cosas más feas" que puede llegar a hacer un consumidor. Resulta que una persona habría llegado al establecimiento. Habiéndose sentado en la barra, le entregó 6 euros y le preguntó si le podía sacar un paquete de una determinada marca de tabaco. Ella, sin saber el porqué, extendió la mano y habría cogido el dinero antes de que esa persona habitual revelará el motivo por el que se lo daba. Señalando que a veces es "tonta", y teniendo en cuenta que "por suerte" tienen bastante trabajo, le sacó lo pedido y se lo entregó. Ambas acciones las hizo con mala cara. Y a pesar de que la persona le dio las gracias no le contestó.

Teniendo en cuenta que húbose callado, considera que ese gesto "está muy feo". "Levanta los huevos de la silla, vas tú y te sacas el tabaco que yo estoy trabajando, picha", expresa visiblemente airada. Además, señala que no es estanquera. "Tengo una máquina de tabaco para dar servicio", explica. Tras esto, y guiñando el ojo, indica que irá contando "más cosicas". Todo ello mediante su perfil de TikTok (@anabelmorenoruiz3), en el cual, además de relatar curiosidades de la profesión o sucesos que viviera en ella, reflexiona sobre asuntos cotidianos, muestra platos de la tierra o su vena cómica.

Pruebas remuneradas o no


A continuación, y sin pretender meternos en la condiciones laborales que soportarían muchos empleados del sector, trataremos algo que a muchos les resultaría razonable: que las pruebas con tal de acceder a un puesto sean remuneradas. Con este objetivo reflejaremos una conversación anónima de WhatsApp entre el que sería un empresario y una aspirante a un trabajo. Recogido por Soy Camarero, la que iría a realizarla cuestiona sobre la respuesta que habría de dar una consultoría sobre el sueldo que le correspondiera. Además de si la oferta sería de 20 o 30 horas semanales, cuántos días se cogerían en época de vacaciones y su respectivo funcionamiento.

Pasadas casi dos horas, el presunto hostelero le contesta que, "efectivamente", estaban pendientes de "dichos documentos", pero que la información correspondiente al contrato le sería entregada una vez realizado el examen teniendo en cuenta que les interese que ocupe "la vacante". Ante esto, y seis minutos después, la femina expresa que lo único que le atañería es saber si la prueba sería remunerada. "Más que nada" por tener en cuenta si al final no estuviera satisfecha "alguna de las partes". Habiendo transcurrido cuatro horas, le indicarían que no era necesario que acudiese al tanteo que ese mismo día se iba a celebrar, pues ya se habían cubierto los puestos y le daba las "gracias" a la par que le pedía disculpas.



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