NO VALE CON QUE SIMPLEMENTE LA MÚSICA SUENE

Cuenta si no te queda nada por saber.

Si acaso ya sabes todo

al circular el camino

que algunos le dieron el nombre de vida.

Di que no te queda nada por aprender.

Que no existe ningún modo

más allá de tu concepto

de lo que entiendes que habrá de ser la vida.

Cuenta que solamente eres tú el que entiende.

Que tu persona es corrector

de lo que se hubo desviado

y que estás aquí para darnos la cura.

Dinos. Cántanos. Cuéntanos 

cómo habremos de transitar

con tal de emularte.

¿Habrá de halagarte?

¿O dirás bellas palabras

que servirán de consejo?

Explica en qué se basa el éxito

y el fracaso sin medida.

Dínoslo con la certeza

de quien inventó cómo medirlo.

Cuenta. Cuéntanos cómo disfrazas

tus errores como los aciertos

que te llevaron al privilegio

que con placer afirmas disfrutar.

Y resguarda. Oculta cada trampa

que una vez hubieras cometido

escudándote en el "por si acaso"

y el buen nombre que pretendes calzar.

Y es que no vale con que la música suene

con tal de que esta pueda llegar a apreciarse. 

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