EL TIEMPO DE CADA CUAL
Mi tiempo es mío.
Y, como tal,
la decisión es mía
en su inversión
y su modo de proceder.
Mi tiempo es mío.
Su presencia
me puede sofocar,
o, en su caso,
en elixir convertirse.
Mi tiempo es mío.
Es pereza
y un volcán de energía.
Cóctel raro
donde el primero se nos ríe.
Horas, minutos, segundos...
Días, meses, años, décadas...
Pasados estos cuarenta
la alopecia deja paso
a las arrugas sin canas.
Si contara cada paso...
¿de ello habrá alguna manera?
Quizás una novela
en la que sus capítulos
no sean una puerta abierta.
Mi tiempo es mío.
No caduca
hasta que yo quiera.
Aunque en medio
me tope con más de un cruce.
Y voy viendo este camino
como el regalo que mana
diferentes perspectivas
en lo que vida alguien llamó
sin querer dictar la suya.
Nuestro tiempo es nuestro.
Con una relatividad
formada en los distintos paisajes
representando a todas las gentes.
Unos de las nieves gozan
o del amor propio.
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