EL VIAJE EN EL QUE LOS CAMINOS SE CRUZAN

No te voy a decir que me acompañes.

Tampoco te lo voy a pedir.

Pero si decides venir

elige tú qué habremos de ver.


Habrás de tener tanto por vivir...

tantas cosas por aprender...

Incluso lo que hasta tu ser 

esconde mientras espera por tí...


Tal vez aguarden las flores

que alguien un día plantó

ignorando quién las recogería.


Si se diera el caso...

riégalas, ámalas...

y ponles música...

dales, dales calor.


Frota su corazón.

Ámalas, que crezcan

más allá de tu alma

llenando tus sueños.


¿Sabes? Puede que no me escogiera

como compañero.

¡Será que soy un bicho verde!


Entonces, si es que decides venir,

procura traer contigo el Sol...

y si lo haces en compañía...

disfruta de las flores que plantó

en algún desconocido jardín.


Pero no me enseñes fotos,

ya me las imagino yo.


Y menos traigas recuerdos...

van guardados en un cajón.


Pero no es tan fácil como decir:

"dame un momento, que llegó"...

o soñar con las utopías...

Es plantar también uno mismo

y tropezar, levantarse e insistir.


Entonces, si decides acompañarme,

que sea después de comprobar

que eres un buen acompañante para ti mismo.


Y si, casualmente, se cruzan nuestros caminos...

ya veremos cómo avanzar

incluso si tenemos que retroceder.

leon7dias.com


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