A SU SEMEJANZA

 03/I/2021

Señor, hoy te rezo porque en ti

no creo. Nuestra sangre, esa misma 

que nos concediste, parece 

volverse un goloso producto

que cotiza en su valor. Riega 

los fértiles campos donde ha de

germinar el alimento. En buen 

fertilizante se ha tornado.

Cuántos habrán partido por ti

siendo lazarillos sin vista,

siguiendo unas revelaciones

que ni siquiera narraste. Lo 

expuesto por mentes humanas

fueron normas para establecer

las pautas de un mundo en el que alguien

aglutina el esfuerzo de otros.

En tu inmensa sabiduría has permitido

que la ignorancia y la esclavitud

campen a sus anchas. Que aquellas

voces discordantes fueran masacradas

por aquellos que decían defender tu voz.

A la fuerza se impuso todo tu culto,

incluso donde tu gratitud

se honraba desde perspectivas

con diferentes vertientes. Todos mudos 

por las voces huecas en su contenido.

Has sido utilizado por toda la belleza

que rodea a tu esbelta figura. Las construcciones

e imágenes con que te adulan han maniatado

a la criatura que crece con tu semejanza.

Incluso afirman que no hay más verdad que la tuya;

entonces, dime ¿por qué hay distintas opiniones?

¿Acaso tu voluntad nos hace que matemos

o somos incapaces de aceptar otras ideas?

"La Creación de Adán",1511, de Miguel Ángel (Michelangelo Buonarroti, Caprese, 6 de marzo de 1475-Roma, 18 de febrero de 1564)