MIRÓ SU BOLSILLO

Te comentaron que guardaba algo en su bolsillo. 

Y, ni corto ni perezoso, miraste 

dentro de él, casualmente, mientras ibas andando

aparentando que te cruzabas con él. 


Y cuando ese mismo gesto realizaste

proseguiste tu camino igual que habías llegado. 

Sólo tú sabrás qué se te pasó en mente,

pero sonreías sin poder disimular tu orgullo.


Y entre las sombras, guardando

con recelo las señales 

que dieran a conocerte, 

le nombraste su corazón

mientras a lo lejos le llamabas

regocijándote con la escena.  


Todo ello bien escondido

con la intención de ocultarte, 

quizás, también, de ti mismo. 

Sólo tú sabrás si disfrutaste

del momento o lo quieres alargar 

en esas mañanas que se acercan. 


Y es que incluso lo relatas...

tal vez por la gloria personal que le supones 

al realizarte así, al sentirte completo. 


Podría ser que los tuyos resulten vacios

de calor y, por ello, buscas las sensaciones 

que anhelas de esa manera. 


Pero, en el fondo, 

lo que en tus bolsillos guardas 

a ti te pertenece. 

Y es que a nadie le incumbe. 

Como no te debe importar 

lo de los otros.


Y es que a Nadie le agrada 

que le interrumpan su paz. 

djiarsmadrid.com









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