FRANKESTEIN

Y si, por lo que fuera, a elegir te dieran

entre sobre las aguas caminar poder...

o esas mismas transformarlas en el vino

que puede acompañar en tus sobremesas...

¿escogerías una de las dos variantes?

Piénsalo bien.

Si quieres poder caminar

te tendrás que enfrentar a algún cambio

del que, quizás, no acabes contento.

Te tendrás que sacrificar

por esa Fé.

Piensa, también, 

en eso que podría pasar

si eliges volver el agua en caldo.

En los seres que dependen de ello...

cómo la naturaleza 

intercede. 

Quizás juegues a ser una Divinidad...

o disfrutes al poseer todo ese poder.

En ese caso... solamente es el paso

que habrías estado aguardando en una espera

que guarda todavía más de lo que esconde.

Y es que habría (también) que añadir

que el monstruo, el verdadero monstruo, 

no es la criatura que Frankenstein creó.

Ese sería Él. Ese mismo sería Él

en sus alocadas pretensiones

dando a Pandora una caja que abrió.

Y es que lo que después sobrevino...

no debió dejarla partir

dejando las cosas

tal y como estaban.

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