LA ESCENA DE LA PARED

Descendiendo unas escaleras,

de esas que modelan un círculo 

al momento en que se ascienden,

percibí su extraña pared.

Y es que aunque resultaba algo liso...

al tacto se notaba rugosa.


No presentaba dibujos,

pero en ella había pinturas.

Parecía que estaban frescas,

pero llevaban ahí tiempo.


Hasta el tejado se izaba,

pero resultaba un vacío

que dejaba ver el cielo.

Estaba lleno de estrellas. 


No era de noche, 

y, aún así, estas brillaban 

igual que un faro. 


Se dejaban ver,

y, aún así, se ocultaban 

del faro mismo.


¡Menuda escena más extraña que dejaba

notarse todo sin apenas mostrar nada! 

amp.dw.com


Comentarios

Entradas populares de este blog

Un agujero negro en la oficina

VIAJANDO POR EL ESPACIO

Pide ayuda con tal de encontrar un llavero con valor sentimental