Las profundidades de los océanos en el metro de Bilbao

La exposición "Metropelagic" estará presente durante el mes de marzo

Una de las instantáneas expuestas

Aquellas gentes que siendo del mismo Bilbao, o utilizan el metro de la capital bizkaína residiendo en diferentes localidades de la provincia, y también de otras, se habrán encontrado con una exposición fotográfica en su estación de Abando. Bajo el título de "Metropelagic", se muestra desde el pasado 1 de marzo y podrá contemplarse durante este mes.

Aunque posteriormente serán exhibidas "en otras paradas de las líneas de metro bilbaínas", con estas 14 fotografías, más dos paneles explicativos de la zona mesopelágica de los mares y el porqué de la exposición, el centro científico y tecnológico "AZTI" da a conocer algunos de los secretos "mejor guardados" de los océanos. Todo ello enmarcado en el "SUMMERH2020", un proyecto de "Summer" financiado por la Unión Europea.

Pese a que se trata de una muestra fría y de rápido consumo, el que esté ubicada en Metro Bilbao es un fiel reflejo de la inmediatez que se le otorga al día a día en la sociedad actual, las instantáneas cedidas por el estadounidense "Woods Hole Oceanographic Institution" tienen en su haber dos puntos positivos. El primero es que empuja a interesarse, de una forma más pausada y extensa, en la fauna animal habida en la zona mesopelágica.

La segunda, la cual se origina de la otra, es la concienciación sobre la preservación de ella. Esto casa con lo explicado por Raúl Prellezo, experto en gestión pesquera sostenible de "AZTI". Según decía, al ser fuente de alimento de diferentes especies que consumimos, es "clave para mantener la armonía y el buen funcionamiento del ecosistema global".

10.000 millones de toneladas en biomasa

Y es que esta zona del mar, la cual se ubica entre los 200 y 1.000 metros de profundidad, es "el mayor y último recurso vivo salvaje que la humanidad aún no ha explotado", explica "AZTI". De hecho, conocida también por "Zona Crepuscular", en ella habría 10.000 millones de toneladas en biomasa de peces. Esto supone "unas 100 veces más que el conjunto de las capturas de todas las pesquerías del mundo".

Lo que el proyecto europeo "Summer" pretende es analizar "los riesgos que puede suponer su explotación". Ello teniendo en cuenta que no es de "consumo humano directo" debido al pequeño tamaño de los especímenes y su gran cantidad de grasa, detalla Prellezo. Además, capturarlos es muy costoso. Aunque "se podrían emplear como alimento para acuicultura o fuente de compuestos bioactivos para la industria nutracéutica y farmacéutica”.

Asimismo, desde "AZTI" recalcan que los peces mesipelágicos "juegan un papel clave en cuanto a la regulación del cambio climático". Esto se debe a que, con tal de alimentarse, en las noches suben a la superficie. A su regreso a las profundidades transportan "miles de toneladas de CO2".

Es por ello que, con un presupuesto de 6,5 millones de euros, el proyecto "Summer" desarrollará un protocolo que sirva de "herramienta" respecto a las decisiones que se tomen hacía esa zona marítima. Financiado por la Unión Europea, en él participan 22 centros de investigación y empresas de nivel internacional.

Evaluar su posible exploración

Según lo explicado en su página web, el proyecto "SUMMERH2020" tiene por objetivo general "evaluar si se pueden explotar los recursos mesopelágicos y de qué manera sin comprometer los servicios ecosistémicos esenciales que brindan". Partiendo de ello, los específicos serían establecer métodos de obtención imparcial de biomasa y biodiversidad, estimar la abundancia de los peces habidos y cuantificar el impacto de la pesca y la captura accidental.

También la importancia de estas especies en la dieta de las que consumimos, saber cuánto carbono absorben y explorar su potencial en usos farmacéuticos y nutracéticos. Buscarán establecer compensaciones basándose en diferentes escenarios de captura e "involucrar a los gestores, 'stakeholders' y sociedad en la definición de estrategias".

Por otra parte, y teniendo como horizonte un corto plazo de tiempo, buscarán que el conocimiento de la zona mesopelágica aumente junto al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14 de la ONU. Todo ello en armonía con los Acuerdos de París de 2015, el ODS 13 y lo acordado en la 22 Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2016.

Con ello, y siguiendo los objetivos de la UE, se pretende preservar su funcionamiento "en los procesos de regulación del clima y a la mitigación de los impactos del cambio climático". Además, se busca "fomentar la innovación para la seguridad alimentaria y nutricional y otras cadenas de valor de base biológica" junto a la protección "de la biodiversidad y la resiliencia climática".





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