EL OBSERVADOR
Canta una sonata triste.
¿Por qué? Eso lo ignoran.
Lo único que saben
es que mira un lago,
y lo hace constantemente.
Se planta en su orilla
y observa los soles
que son reflejados.
En el romper de las olas
presta atención.
Son finas, gráciles…
y en ocasiones arrastran
unas pequeñas ramitas,
alguna flor,…
cosas sorprendentes
que tal vez no se esperaban.
Pero estaba allí parado,
y muchos fueron esos días
que estuvo allí
y se preguntaban
qué estaría pensando…
Finalmente el lugar cambió,
se dirigió a una montaña.
Y desde allí
miró, y preguntaban
qué estaría observando.
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