EL FUEGO EN LA NATURALEZA
Contempla la flor
el acercarse
del fuego.
Hacen lo mismo
esos árboles
con manto.
Al unísono
los animales
son raudos.
Salen corriendo
entre lo verde
con vigor.
La flor, los árboles,
los demás seres inertes…
conocen que sus días
pueden acabar ahí.
Pero también saben
que brotarán nuevamente…
aunque quede baldía
la tierra en su lucir.
Algo que no saben
todos esos animales…
por eso así corrían
en su frenético huir.
Pero también vuelven,
puede que sus descendientes,
cuando la sintonía
del lugar vuelve a fluir.
Pero ninguno sabe,
ninguno de ellos,
de la Maldición
que depende
del Ser que Camina
sobre Dos Patas.
Saben que lo padecen
entre sus actos.
Por la confusión
que le sigue
a cada zancada
sobre la Tierra.
Pero no lo comprenden.
De lo que hay lejos
les llega el eco
que no entienden.
Su significado
les sobrepasa.
¡Ay, si lo descubriesen!
Si nos fuésemos
sin previo aviso,
de repente,
igual que un milagro
de lo existente.
Se abriría camino
la vida, se supone.
Pero desaparecemos
sin haber apagado
toda nuestra maquinaria.
Esa es la Maldición.
El hecho de dejarles
todo. Que vayan directo,
pausado, hacia su encuentro
en una cruel epifanía.
elagodiario.com |
Comentarios
Publicar un comentario