REMEMORANDO LA ASTE NAGUSIA DE 2019

Parece increíble que este sea el primer año en que las fiestas patronales bilbaínas vuelven a sus andadas después del CoVid19, pero a su vuelta retornó su recuerdo



(21/VIII/2019)

Un miércoles cualquiera se puede hacer uso del transporte público, en este caso sería el servicio ofrecido por Euskotren, y en un viaje que dura menos de una hora uno se puede plantar en la capital bizkaina cuando está inmersa en plenas fiestas patronales de 2019. Estamos a 21 de agosto y, por lo tanto, esto supone que es la quinta jornada de estos días señalados en el calendario que comenzaron el 17 y finalizarán el 25.

Podría una persona dirigirse hacia donde están ubicadas las txosnas y observar la forma en que pasea Mari Jaia mientras la zona de ElArenal se va llenando de gente. Para ello, previamente, habría salido por la estación de Atxuri, la cual da justo al Puente de San Antón. Tomando la calle de Somera llega al cruce presidido por la Fuente del Portal de Zamudio. Partirá hacia la Plaza de Unamuno y de ahí hasta la Iglesia de San Nicolás, a cuya vera están ubicadas parte de las txosnas. Sobre las 19:00, en Piztiak, Konpartsa Animalista, comenzaría el bolo de “Revertt”, un cuarteto de Bermeo con influencias punk que emana una energía que va acorde a su juventud. Lástima que no sonase el bolo correctamente, tampoco ayudó la tardanza a la hora de encontrar la ubicación correcta para poder escucharlo adecuadamente. En este breve video se puede comprobar parte de ello.




Después de finalizar el concierto sería el momento apropiado en el que poder miccionar y ver brevemente las pruebas de sonido de “Kovertizo” y “Solo Por Esta Noche”, quienes tocarían en Aixeberri y Zaratas, respectivamente. Sería un breve vistazo para poder observar el buen gusto en las versiones que tienen los primeros y el blues rock que emanan los segundos.




Entonces sería cuando se acudiera a ver a los bilbaínos “Motorastola” en Piztiak. Un trío metalero que mama de las primeras épocas del Thrash de Metallica, Slayer o Testament; también de Motorhead y del punk de los Ramones o los Pixtols. De hecho, recrearían "Helpless" de Diamond Head. Con la aparición de una flota de bomberos al principio del bolo y comentarios arremetiendo contra la OTA del Ayuntamiento de Bilbao acabaron el concierto entre tintes del Mentolín para asmáticos.








Llegaría el instante de poder disfrutar un poco de “Solo Por Esta Noche” y “Kovertizo”. Lástima que se haya borrado el video del primero por error, pero ese cuarteto presentaban una propuesta, en principio, bastante interesante con versiones y temas propios. Los segundos estaban liderados por una vocalista de voz potente que a veces parecía limitada en directo, pero su labor al teclado iba muy bien acompañada en "acústico", tal como ella dijo, por batería, bajo y guitarra.






Los siguientes en actuar en Piztiak serían “Down The Ladder”, un quinteto con la base de ensayos en Sopelana. Pese a su juventud demostraron tablas en directo mediante temas propios y versiones. Tal vez les sobró una interpretación de Amaral, con una tenían bastante. El prisma que le dieron a "Mis amigos" fue muy buena, mejor que el concebido a "Livin in a Prayer" de Bon Jovi. Sobraría "El universo sobre mí", la cual, sin embargo, no estaba faltante de ningún sentimiento.






Ya aquí fue cuando la naturaleza volvió a reclamar un cambio al agua del canario. Esto conllevó el poder escuchar la reivindicación que hizo la cantante de Kobertizo sobre algún camarero de la txosna que actualmente está sin trabajo. Micción, por tanto, y una visita a Kaixo Konpartsa, donde “Cloverwind” nos regalaron una preciosa versión de "Atalaia" de Sorotan Bele.






*Nota

Tres años han transcurrido ya desde esta fecha. El año siguiente fue el primero en el que no se celebró la Aste Nagusia debido a la pandemia surgida por el CoVid. Esta es la segunda edición en la que están presentes las "no fiestas". En septiembre de ese mismo año dejó de funcionar la estación de Atxuri debido a las obras de acondicionamiento. Su traslado se ha dado en las Siete Calles, ubicada en la parte trasera de la Iglesia de San Nicolás.

El llevar a cabo este texto no se trató del intento de pretender realizar una crónica. Simplemente fue el "esfuerzo" por plasmar las impresiones de ese día. Su redacción fue realizada en el viaje de vuelta, habiendo cogido de nuevo el tren en la estación de Atxuri. El trayecto fue harto complicado. Esto se debió a las incesantes ganas de vaciar la vejiga debido a la ingesta exagerada de ese altamente peligroso refrigerio que supone el Kalimotxo de txosnas.

Por tanto, su puesta en escena fue una auténtica locura que estuvo rodeada de un contexto nada recomendable. Aunque se han corregido algunos errores en su elaboración (por ejemplo, se tildó a "Revertt" de trío cuando es un cuarteto) y se han añadido elementos con la intención de ayudar en la comprensión del contexto; su naturaleza embriagada ( sudorosa y en la que la mente estaba nublada a consecuencia del alcohol) se ha intentado mantener con la pretensión de que siga inherente lo escrito en esa misma jornada.






























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