LOCALIZAN UN CORAL DE MÁS DE 400 AÑOS

Con 10,4 metros de ancho y 5,3 de altura, debe hacer frente al hecho de que La Gran Barrera de Coral no haya sido incluida en Lista de Patrimonio Mundial en Peligro de la UNESCO

Fuente: Then24.com

Los aficionados al submarinismo son los más idóneos a la hora de poder detallar lo que se siente al estar sumergido bajo el agua durante un prolongado periodo de tiempo. Esa sensación en la que la gravedad parece inexistente. La libertad que otorga el estar flotando en medio del líquido vital y primigenio desde el cual surgió la vida en el planeta y, después de años de evolución, dio el salto hacia tierra firme. Un proceso que en algunas especies, por diferentes factores en su supervivencia, les hizo volver allí e ir transformando paulatinamente sus cuerpos a ese “nuevo medio” que en su momento se dejó atrás.

Se trata de algo que aquellos que disfrutan de la natación, aunque no hayan experimentado esa disciplina per se, podrían relatar basándose en los instantes en los que se sumergen bajo el agua y aguantan la respiración en medio de ella. De hecho, afirman los expertos que es una sensación semejante a la que podemos sentir en el útero materno antes de nacer, mientras estamos rodeados del líquido amniótico. Algo que se ve reflejado cuando estos son sumergidos en una piscina, ya que seguimos conservando esos mismos reflejos en cuanto a los movimientos y porque parece ser que respiramos únicamente mediante las fosas nasales hasta los seis meses de edad.

Pero, como en casi todo, recomiendan que esto se lleve a cabo a partir de los 5 meses, y siempre bajo la supervisión de los progenitores. En el vigésimo mes ya adquirimos la fuerza suficiente y la coordinación necesaria como para poder hacerlo en plan “perrito” sin ningún tipo de apoyo. Aunque este deba ser constante. Y ahora, imaginemos que estamos en las paradisíacas aguas de la Gran Barrera de Arrecifes Australiana. Estamos en pleno mes de mayo. Disfrutamos de una agradable sesión de submarinismo. La naturaleza nos regala la posibilidad de poder contemplar parte de los 400 tipos de coral que hay en el lugar. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1981, nos deleita también con la oportunidad de extasiarnos con el lugar que da cobijo a unas 1.500 especies de peces y otras 4.000 de moluscos. 


Y ahí, en medio del Mar de Coral, con una extensión de unos 2.600 kilómetros frente a la costa nordeste australiana, observamos una enorme masa de unos 10,4 metros de ancho y 5,3 de altura. Estamos en los alrededores de la isla de Orpheus, en el extremo nororiental del gigantesco país continental. Lo que no sabemos es que acabamos de descubrir un coral que tiene una edad que se calcula entre los 421 y 438 años. Esto se sabe debido a los anillos anuales que poseen y mediante los cuales se puede calcular su edad, algo parecido a si un árbol se tratara. Por cierto, gracias a los fósiles de ellos se ha comprobado que hace millones de años los días en el planeta eran más cortos, lo cual significa que la rotación de la Tierra era más rápida que en los tiempos actuales. Algo que, unido a la atracción de la Luna, la cual se va alejando progresivamente unos 3,78 centímetros al año, hacía que las mareas fueran más violentas que las que podemos observar hoy en día.

Posteriormente ha sido bautizado con el nombre de Muga Dhambi, cuyo significado es “Gran Coral” en la lengua de los manbarras, las personas originarias de las Islas Palm, Magnetic y parte de la zona continental de Queensland, lugar en el que enfrente se ubica la Isla de Orpheus. El descubrimiento fue dado a conocer mediante la revista Scientific Reports. El principal autor del estudio ha sido Adam Smith, de la Universidad James Cook. En declaraciones publicadas en EFE el pasado 20 de agosto, Smith declaró que el hallazgo realizado por los científicos aficionados es de gran valor a “nivel local y mundial”. El coral es una parte “muy importante” dentro del “ecosistema de arrecifes de coral en Goolboodi y el hogar de corales, esponjas y diversas especies de peces en la Gran Barrera”, afirmó.

Según Smith, Muga Dhambi es un “coral hermoso” que ha logrado sobrevivir y prosperar durante más de cuatro siglos. De hecho, el 70% de toda se estructura está viva y ha logrado superar los efectos de 80 ciclones de “gran envergadura”. También al blanqueo de corales, un fenómeno que se origina por el estrés tras la expulsión o el fallecimiento del protozoo simiente o la pérdida de pigmentación de este. El proceso continua incluso habiendo desaparecido la tensión. También ha tenido que hacer frente a la actividad del Ser Humano y a la presencia de especies invasoras. Entre estas está la población de Coronas de Espinas, una especie de estrella de mar que consume grandes cantidades de coral. Oriundas de la región del Indo.Pacífico, no solo causas estragos en el Gran Coral del Arrecife, también en las aguas de Okinawa, Japón. Son de las pocas especies que se pueden alimentar de coral. Por eso mismo, en 2017, científicos nipones y australianos estuvieron en contacto con la intención de poder atajar la invasión de estos animales con “apetito voraz”.

La Gran Barrera de Coral desde el espacio (Quo.es)

Pero, pese a su aparentemente buen estado de salud, podría no serle muy benevolente el futuro próximo a Muga Dhambi. Tendrá que hacer frente a las especies invasoras o al blanqueamiento, algo que no tiene precedente por la “gravedad, frecuencia e impacto”, según el informe de La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) realizado sobre los ocurridos en 2016, 2017 y 2020. Debido a ello se habría perdido hasta dos terceras partes de la Gran Barrera. A todo esto hay que añadirle el progresivo deterioro que se ha dado en ella desde 1990. La acidez de sus aguas y la temperatura de estas han aumentado debido a la cada vez mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera. El golpe de efecto a todo esto sería la decisión por parte de la UNESCO de no declararla en peligro después de que en diciembre de 2020 pasara de la condición de “condición preocupante” a la de “crítica” por parte de la UICN.

La decisión de la UNESCO fue tomada el día 22 del mes de julio después de que presentara en junio un borrador sobre el “estatus” de La Barrera. La postura tomada mediante votación se debería a la valoración realizada por los esfuerzos de las autoridades australianas y, por lo tanto, no será incluida en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro. El consenso acordado afirma la reconsideración de ese estatus en 2022. La lista de la UNESCO engloba conjuntamente lugares afectados por conflictos armados, catástrofes naturales o la destrucción medioambiental. Todo parece indicar que el Gobierno encabezado por Scott Morrison y el Estado de Queensland habrían presionado para que no se incluyera en la Lista, algo muy a tener en cuenta cuando el Ejecutivo no se comprometió con el objetivo de neutralidad de emisiones hacia 2050. Por su parte, España votó en contra de la inclusión, que requería compromisos más fuertes en lo que respecta a su protección y al cambio climático o la mejora de la calidad de las aguas. La decisión fue tomada por el Ministerio de Exteriores, algo con lo que discrepaba el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico.

De todas formas, a pesar de su enorme tamaño, es solo una pequeña parte de este gran sistema coralino que es La Gran Barrera de Coral. Visible desde el espacio, fue avistada por JamesCook en 1770. Sería el primer europeo en hacerlo. La descubrió con el coste de las siete semanas que le llevó a él y a su tripulación el poder arreglar su embarcación después de chocar contra ella. El capitán logró entender su origen biológico, pero no supo explicar cómo crecía. Hubo que esperar hasta 1835 a que Charles Darwin lo hiciera. Suelen nacer alrededor de una isla volcánica. El arrecife, que está en su base, va emergiendo a medida que la isla se va hundiendo. Se estima que la edad de la Barrera edad rondaría unos 10.000 años, justo cuando al final de la última era glacial. Por lo que su origen sería diferente. Al fundirse el hielo de los polos el nivel del mar aumentó. Con ello un proceso similar en torno a las lagunas surgidas a lo largo de más de 2.500 kilómetros de extensión. Esto daría posteriormente nacimiento a esta Barrera compuesta de más de 3.000 arrecifes. Aunque fuera de su estructura, a finales de noviembre del año pasado se anunció el descubrimiento de un arrecife de más de 500 metros de altura. O lo que es lo mismo, más alto que el Empire State Building (381 metros) o las Torres Gemelas Petronas (452) de Kuala Lumpur, Malasia.

Fuente: La Vanguardia







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