LA LAGUNA
Rompe el mar todas sus aguas
en la costa de un desierto
extendiéndose por lo ancho
de un terreno en la inmensidad.
El susurrar de los vientos
traen las voces de sus gentes
que parecen arropadas
por cercanos espíritus.
La Luna en el firmamento
muestra lazos que les une
a partir de las mañanas
que nacieron con ímpetu.
Ese círculo natural
se baña con lo mágico
en mitad de sortilegios
venidos de una laguna.
Esta parece imperecedera.
Su traza es de antes a que los tiempos
le dieran arranque a su andadura.
Es guardiana de la brisa y el calor.
Del fresco verde y la arena eterna.
Es la dueña del reflejo del Sol.
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