BURGUER KING Y SU EXPERIMENTO SOBRE EL BULLING

El confinamiento declarado por la pandemia del Covid pudo haber traído un soplo de aire fresco a aquellos jóvenes que padecen acoso escolar. Sin embargo, este adquirió una nueva naturaleza en su forma de ejercerlo debido a las últimas tecnologías y redes sociales. La vuelta al "cole" hizo que los ataques lleguen a cambiar en su forma y estuvieran  relacionados con el coronavirus

(27/VII/2020)

En el día de hoy queremos proponerles un pequeño e inocente juego. En realidad se trata de un experimento que, en un principio, requiere de un pequeño esfuerzo imaginativo. Pero, para ser sinceros, necesitarán llevar a cabo esa acción en dos ocasiones. Piensen en la siguiente situación; están ustedes dando un tranquilo y relajante paseo por una calle cualquiera, ya sea solos o en compañía. En un momento determinado se percatan de que un chaval, de unos 10 años, está en medio de un círculo rodeado por otros infantes de una edad parecida. Estos le están increpando mientras le atosigan mediante empujones, se mofan de él,… ¿Cuál sería su reacción? Tal vez decidieran dirigirse a todo ese tumulto e intentarían apaciguar la situación o, quizás, pasarían de largo pensado y estando convencidos de que simplemente se trata de algo típico de la edad.

A continuación les describimos la siguiente secuencia. Están en un restaurante y acaban de pedir una hamburguesa. Esperan impacientes por tener ante ustedes el resultado del esfuerzo de los obreros que serán los artífices de tan exquisito trabajo culinario y que estará realizado con sumo gusto y agrado. Se relamen al pensar en el festín que se van a pegar, están ansiosos por degustarlo de forma tranquila, experimentar todos los matices que les ofrecerá el plato que, lo más seguro, vaya acompañado de alguna fresca bebida y sus más que posibles guarniciones correspondientes. A su vera hay, como si de un ‘deja vu’ se tratara, una cuadrilla de chavales teniendo la misma actitud que han visto antes en la calle con el otro joven. Tienen dos opciones: hacer algo al respecto o esperar a que les traigan la comida. Por algún motivo en particular se decantan por la segunda alternativa. Su sorpresa será mayúscula al observar que su comida llega en unas condiciones lamentables, como si le hubiera pasado un tren por encima. Por lo tanto, después de sobreponerse a la impresión, deciden realizar la correspondiente reclamación mientras los jóvenes siguen manteniendo la misma actitud. El empleado, tal vez el dueño o el encargado, les comenta que se trata de una hamburguesa que ha sufrido “bulling”.


 “¿Cómo que ha sufrido “bulling”?”, podrían preguntar, aunque, tal vez, se pueden quedar mudos a consecuencia de la impresión que les ha causado la breve explicación del empleado. Quizás, lo más natural sería que pidieran una nueva hamburguesa que estuviera “en condiciones”; también podría ser que requirieran la correspondiente “Hoja de Reclamaciones” con la intención de hacer uso de su natural derecho como cliente. En ese momento la persona que les estaría atendiendo les comenta que están en pleno mes de octubre, el cual es el elegido con la intención de concienciar a la gente sobre las consecuencias del acoso escolar. Su sorpresa podría ser mayúscula. “¿Qué tiene que ver eso con la hamburguesa que nos queríamos comer?”, tal vez cuestionaran eso mismo. En ese instante el empleado les comentaría que todo lo que habían vivido hasta entonces era un experimento. En él, mediante el esfuerzo y trabajo de una serie de actores, entre los que se encontraría él mismo y los preadolescentes, se había recreado toda la escena con la intención de poder observar y comprobar la reacción de las personas ante un caso de “bulling”. Atónitos, volverían a observar el lugar donde estaban los jóvenes, después volverían su atención hacia la persona que tienen en frente. “¿Me lo está diciendo en serio?”, “Sí”.

Todo esto que les hemos relatado en los párrafos anteriores podría ser el resultado de una imaginación histriónica. Pero la realidad es que se trata de una pequeña versión de un experimento que realizaron la cadena de comida rápida ‘Burger King’ y la Fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR). Se trata de una campaña que llevaron a cabo en octubre de hace tres años, 2017, con el propósito de concienciar de los peligros del “bulling”. ¿Curioso, verdad? Y es que, a pesar del tiempo transcurrido desde que se realizara y de que el Día Internacional Contra el Acoso Escolar sea el 2 de mayo, resulta ser algo candente y que los medios de comunicación, cada cierto tiempo, nos muestran cuando se da algún caso extremo en el que, desgraciadamente, alguna víctima ha intentado quitarse la vida debido a la “presión” generada por sus “compañeros”. Todas estas series de actitudes hacia el raro, distinto, débil,…., y que tienen su mayor expresión en esos casos que hemos mencionado hace poco, pueden conllevar una serie de consecuencias psicológicas que pueden durar más allá de la edad adulta, además de condicionar la personalidad de aquel que lo sufre. También se traduce en un bajo rendimiento académico o que la frustración que le genere sea volcada hacia otras personas y mascotas. Su futuro puede verse inmerso en el pozo de las drogas, el alcohol, la bulimia, anorexia,…

En el video que les ofrecemos a continuación, y el cual es con el que mediante informó sobre la campaña la sección que tiene en castellano en canal ruso RT, tiene casi una duración de 2 minutos y medio donde se puede comprobar la manera en la que los clientes consumen tranquilamente sus hamburguesas o protestan ante el trabajador que les ha atendido por el aspecto y presencia de su comida mientras un grupo de actores recrea una situación de acoso. Son pocos los clientes los que deciden actuar con la intención de frenar la situación que estaría sufriendo el joven; la mayoría, tras percatarse del lamentable estado de su hamburguesa, se decanta por realizar la correspondiente reclamación con la pretensión de pedir y recibir explicaciones.. Según señalan los resultados del experimento, el 12% de los allí presentes fue en auxilio del chaval. Por contra, el 95% de ellos llevaron a cabo la reclamación. Además de estos, también se muestran una serie de datos que explican que el 30% de los niños a nivel mundial han sufrido acoso en alguna ocasión, esto supone que 160.000 no acudan a clase “cada día” por este motivo y que, por desgracia o los motivos que fuera, el profesorado solo interviene en un 4% de los casos.

Ahora imaginemos la situación de alivio que habrían sentido esos jóvenes durante el confinamiento ocurrido a consecuencia de la declarada pandemia del COVID-19. De la noche a la mañana se vieron libres de todo ese acoso al cual estaban siendo sometidos, pero, por desgracia, lo que en principio les hubiera resultado un pequeño oasis, un punto de inflexión donde poder respirar, supuso que el número de atención de ANAR (900 20 20 10) registrara un incremento del 3% por casos de Ciberacoso. Y ahora, con la vuelta al colegio, y aunque estemos ante el cierre de estos debido a las fiestas navideñas que estamos atravesando, las situaciones de acoso parecen haber adquirido una nueva naturaleza al ser las víctimas señalados como portadores del virus. Estas son unas declaraciones realizadas a mediados de septiembre por la Fundación y que fueron recogidas por la edición digital de ‘El País’ el 16 de septiembre. Pero, por su parte, y coincidiendo con el Día Internacional contra el Acoso Escolar, Amnistía Internacional denunció el traslado del acoso escolar a las redes sociales en pleno confinamiento mientras que Aldeas Infantiles explicaba que los menores españoles habían aumentado un 10% el uso de internet durante esos días. De esto último informaba EITB en su página web el 2 de mayo de este año.

Como hemos dicho anteriormente, el video pertenece a una campaña de 2017, pero también ha sido mencionado brevemente el estudio que presentó ANAR a mediados de septiembre del año que corre. El informe llevaba el título de “La opinión de los estudiantes” y también estuvo implicada la Fundación Mutua Madrileña. En el participaron 12.000 alumnos y profesores de 307 centros de la Comunidad Autónoma de Madrid, Comunidad Valenciana y Castilla y León, fue realizado entre 2018 y 2019, y destaca que uno de cada tres adolescentes (35,5%) conoce algún caso de acoso, mientras que muestran su convencimiento (79,2%) en la unión a la hora de frenar al agresor, además de ver la necesidad de comunicárselo al profesor o a un adulto (77,8%). El 16 de septiembre del presente año, el diario ‘ABC’ señalaba que, según el estudio, los adolescentes están cada vez más convencidos en la actuación frente al acoso. Los motivos principales de las agresiones serían la forma de ser (55.%), el aspecto físico (49,8%) o lo que se dice o hace (48,5%). Todo esto se traduciría en insultos o motes (79,8%), empujones, collejas y escupitajos (38,8%) o golpes y patadas (29,5%). Por su parte, los profesores señalan que los progenitores deberían contribuir a reducir el acoso dialogando y mostrando interés (54,3%), además de inculcar valores de respeto y empatía (43,1%). También muestran su malestar por no disponer de tiempo, medios y falta de formación en estos casos. Según ellos, el agresor suele tener un sentimiento de superioridad, una carga de complejos y un carácter violento.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un agujero negro en la oficina

VIAJANDO POR EL ESPACIO

Pide ayuda con tal de encontrar un llavero con valor sentimental