LA FRÁGIL BELLEZA DEL LAGO
Podría ser cosa de la naturaleza;
el lago volvió a llenarse
y volvían a nadar en él
los animales habiéndose marchado
cuando sus aguas hubiéronse secado.
Sería entonces que volvería su belleza
olvidada por las artes
obscenas cebadas en él.
Estas dieron por resultado lo fatuo
engalanándose en un falso vestido.
Pero regresaría su belleza,
y con ella también el esplendor.
Quizás, también, las vivencias aprendidas,
pues pusieron todo lo habido en sus manos
con tal de que no se repitiese.
Buscaron la armonía
en la luz de los días
cuando se abrazaban con las noches
y las estaciones de los calendarios.
Regresó la risa
que fue enmudecida
en virtud de sus aguas inertes
que conduciría al abandonar del calor.
Así fue que volvieron las flores
a germinar en las orillas del lago
y sobre la superficie de sus aguas.
Todo ello en un frágil equilibrio
en el que danzaba la belleza.
Pero desde lejos observaban
como si estuvieran al acecho.
Mientras aguardaban el instante
en el que volviera a reinar
la presencia del Caos
después del más pequeño despiste.
De esto, el mismo lago era consciente.
Al igual que las criaturas.
Sabían que a lo lejos
la sombra acechaba tras su suerte.
Ello desde el frágil equilibrio
que va cimentando la belleza.
Comentarios
Publicar un comentario